Nueva Mayoría y propuestas de descentralización

La ex presidenta Michelle Bachelet, hoy candidata presidencial de la Nueva Mayoría, convocó sobre 30 comisiones para elaborar las propuestas programáticas de su futuro Gobierno. Una de esas comisiones fue la de Descentralización (de la cual como habitante de regiones tuve el honor de participar), la que convocó a un conjunto de regionalistas y estuvo a cargo de Esteban Valenzuela, Regionalista, Ex Diputado y Alcalde de Rancagua.

Hace pocos días se presentó el programa de la candidata de la Nueva Mayoría. En su globalidad el programa de gobierno, en su dimensión de descentralización, implica reformas políticas con democracia participativa, gobiernos regionales fuertes, capaces de proponer desarrollo territorial, fortalecimiento de la descentralización política y fiscal.

Algunas de las propuestas más sustantivas planteadas por la comisión a la candidata Michelle Bachelet y que fueron dadas a conocer son las siguientes:

La primera y más relevante de las propuestas es la elección directa del Intendente como una forma de lograr una mayor cohesión territorial y fortalecer la democracia regional.

En el programa de la Nueva Mayoría existe consenso en que la elección directa del Intendente no es excluyente con mantener un representante directo e inmediato del ejecutivo en regiones.

¿Por qué?, principalmente porque se debe garantizar la implementación de políticas nacionales en espacios regionales, especialmente cuando ocurren situaciones de gobiernos regionales que entran en tensión con gobiernos nacionales.

Manteniendo un representante del presidente (a) en regiones, se evita que sus habitantes sufran las consecuencias que implica tener un “Intendente” de tendencia política distinta al Presidente (a) de la República, que por ejemplo y con tal de hacer una férrea oposición al gobierno nacional, impida u obstaculice la implementación de políticas públicas nacionales en regiones. Diversos países de América Latina y el mundo así lo tienen establecido.

Otra de las propuestas tiene que ver con implementar garantías sociales territoriales.No se puede permitir que ninguna comuna del país caiga por debajo de niveles básicos de bienestar.

En el programa se plantea que estas garantías deben ser en seis dimensiones del desarrollo territorial: educación, salud, participación de las mujeres y de los jóvenes en el mundo del trabajo, calidad del empleo, vivienda y entorno, calidad ambiental, mejor acceso a bienes públicos y conectividad.

Para hacer realidad esta garantía social territorial, se implementará un Fondo de Convergencia Regional, creado por Ley. Este Fondo permitirá financiar rápidamente las inversiones y acciones extraordinarias que haya que realizar cada vez que una comuna caiga en alguna de las dimensiones señaladas, por debajo de aquel nivel que como sociedad regional establezcamos que es el mínimo aceptable.

Este Fondo permitirá a las regiones tener recursos para establecer Pactos Territoriales (Ministerios, Regiones, Municipios, además de la participación de organizaciones sociales y empresariales y centros de educación superior) que permitan una acción mancomunada y eficaz de reducción de desigualdades territoriales en las seis dimensiones del bienestar ya señaladas.

Una tercera propuesta que se vislumbra auspiciosa es la creación de estímulos para atraer y retener en regiones a personas calificadas, asimismo incentivar la migración a regiones desde Santiago, tanto en el ámbito laboral como académico.

Es sabido que el capital humano avanzado contribuye de manera sustantiva para promover el desarrollo territorial, condicionante fundamental para hacer de Chile un país muchos más equilibrado territorialmente y menos centralizado.

Esta variable asociada al recurso humano calificado para regiones sumado al compromiso explícito por aumentar los ingresos para inversión pública de decisión regional, y a la vez, dotar a los gobiernos regionales de recursos propios claramente identificados y de exclusiva decisión autónoma, resulta ser un pilar fundamental para avanzar hacia la consolidación de un Estado Unitario descentralizado que nos ponga a la par de los países más desarrollados en esta materia.

Finalmente, un Chile moderno, republicano y descentralizado es propicio. No ha existido un contexto histórico en democracia que haya generado tanta sensibilidad en la elite política por descentralizar al Estado y que a su vez vaya acompañado, “presionado” y planteado como un anhelo político por parte de la sociedad civil regional (según la CEP, un 73% manifiesta estar de acuerdo con descentralizar el país).

Tal como lo indica el programa de gobierno de la candidata de la Nueva Mayoría, este contexto es único para avanzar garantizando respeto y diversidad, con poder y democracia regional, con autonomías territoriales y participación de los pueblos originarios, con devolución de recursos financieros a las regiones y solidaridad entre todos para disminuir las brechas y superar el centralismo.

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