Quién y de quién es Chile

Uno de los problemas más graves que enfrentará la nueva Constitución será la de resguardar y producir la equidad en Chile (hace falta repetir un poco). Todo es desigual, socioeconómica y culturalmente en nuestro país. Lo grave es que se oculta, normaliza y justifica. Los datos y realidad son indesmentibles.

Miremos por ejemplo la libertad. Recordemos que la libertad, igualdad y fraternidad fueron lemas de la izquierda dura de la Revolución Francesa; de allí la izquierda que quería abolir la monarquía y la nobleza y la derecha que quería mantenerlas. En medio estaba la centro-izquierda que era la burguesía que quería abolirlas para quedarse con el poder para la empresa capitalista y comercial en rápido crecimiento; la que a la postre ganó. Los liberales y la derecha toman la bandera de lucha de la libertad diciendo que eso es lo que pretenden y que la izquierda suprime. ¿De qué libertad hablan? De la libertad para emprender, para invertir, para instalar empresas, etc. Pero ¿quién tiene esa libertad? El que tiene capital, poder o influencias suficientes hasta para instalar incluso una pyme.

Pero el 80% de la población o más no tiene esa libertad y tiene que contentarse con ser trabajador asalariado, estamento que incluye profesionales que se proletarizan. El error grave de los liberales es ignorar que los grados de libertad de la población son muy dispares. Ese 80% no tiene autonomía ni grados de libertad más que para satisfacer sus necesidades básicas y en malas condiciones por lo que se refiere a educación y salud (es casi coincidente con el 80% de salud pública o que está en Fonasa). Los grados de libertad de los jubilados chilenos son casi nulos. La mentada libertad esconde una realidad cruel e injusta al no considerar los grados de libertad reales de las personas.

Tomemos la distribución del ingreso y la riqueza que Chile produce. Sabido es que una gran parte de las ganancias de las grandes empresas no queda en los chilenos y muy por sobre el 50% queda en los bolsillos de unos pocos y muy ricos chilenos o bien se va a las transnacionales. Unos 10 de los más ricos de Chile tienen ingresos anuales sobre 40.000 veces más que el ingreso mínimo. Con cifras del INE, el 10% de más ingreso de Chile concentra el 28,1% del ingreso y el 10% de menor ingreso tiene el 2,8% (2020). En este mismo año, la mitad de la población ingresa mensualmente $420.000 o menos, siendo $692.289 el promedio, lo que indica una gran acumulación de ingresos enormes en un reducido porcentaje de personas. En efecto, los que ganan más de $7.000.000 son el 0,6% de la población (cerca de 1.100.000 personas). La desigualdad de ingresos es horrorosa. Según la Cepal, el 1% más rico acumula el 26,5% de la riqueza de Chile, pero el 50% de menores ingresos acumula el 2,1% de la riqueza, lo que da una concentración en el 1% más rico de 631 veces más que ese 50% más pobre ¿Qué grados de libertad y autonomía económica va a tener el 50% de menores ingresos en relación con el 1% más rico si este último concentra 631 veces más riqueza?

En la propiedad se es hipócrita o eufemístico, se exige derecho a la propiedad, pero no se exige derecho a la igualdad en la distribución de la propiedad. La Constitución actual no garantiza la igualdad ante la ley en la tenencia o distribución de la propiedad. Unos pocos chilenos tienen más de 100.000 y alrededor de 12 millones o más de chilenos no tienen ni siquiera una o tienen 0 hectárea. Desigualdad incalculable (tiende a infinito). Hay posesiones en La Araucanía de cerca de un millón de hectáreas. De las 43.000 islas que tiene Chile 24.000 están en manos privadas ¿Quién dio permiso para venderlas? ¿A quién se vendieron y por qué? Chile ¿le pertenece a los chilenos por igual? ¿Somos los chilenos los propietarios equitativos de Chile? De facto NO, pero la Constitución tiene que garantizar que Chile le pertenece a todos los chilenos, de otra forma nace injusta, ilegal y arbitraria. Para el subsuelo minero así lo establece: "Art 19, 24...El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas...".

Es curioso que no se diga lo mismo para toda la tierra. Hay ignorantes que dicen que el Estado no puede expropiar las minas, en realidad no porque son del Estado. Pero esto se contradice con concesiones indefinidas solo a algunas personas o entidades. Se dice en cambio más arriba: "...Sólo la ley puede establecer el modo de adquirir la propiedad, de usar, gozar y disponer...". Entonces el Estado es dueño de todo ya que puede disponer de todo a no ser que esa ley la hagan algunos para provecho de algunos arbitrariamente y es lo que se ve que sucede. Entonces la ley es injusta y está por encima del Estado y estando el Estado constituido por todos los chilenos, la ley está por encima de todos los chilenos y puede expropiar y de hecho, expropia a los chilenos el territorio para concedérselo a algunos pocos. Es curioso que en general ni la derecha ni la izquierda vean esta expropiación palmaria que ya ocurrió y ocurre; en cambio ven como expropiación la repartición equitativa de la propiedad que es la justicia misma. La Constitución que se está elaborando tendrá que garantizar la equidad en la distribución de la propiedad si quiere contribuir a combatir la injusticia y desigualdad socio-económica-cultural y de poder.

Apropósito del poder, es decir, decisiones que obligan a otros, la situación de injusticia es abismal. Baste decir que en la empresa capitalista el poder del empresario es infinitamente mayor que el de los trabajadores y la democracia al interior de la empresa es cero.

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