Un plebiscito sobre la decencia

Antes que nada, por honestidad debo decir que congenio con las ideas progresistas y soy muy antagónico a las ofertas de supermercado del ahora electo Piñera, ni a su nivel ético ni moral.

Esta elección quizás es la más importante que ha tenido el país después del plebiscito del 5 de octubre del año 1988. En aquella oportunidad, para simplificarlo un poco, se trataba de que si seguían o no matando y torturando gente de las calles y poner fin a la asesina dictadura militar.

Mientras tanto, y en concordancia con la Concertación la dictadura económica siguió su curso. Eran otros tiempos, al ciudadano le importaba lo que le pasaba al resto, estaban asesinando a tus familiares, a tus vecinos y nos ilusionaba una sociedad más justa y de derechos.

La elección de ahora también se trató de un plebiscito, pero a un nivel moral mucho más básico. Se trataba de un plebiscito sobre la decencia y la indecencia, sobre la honestidad y la mentira. En 28 años bajamos de nivel moral como país estrepitosamente, pasamos de la solidaridad del amigo torturado a discutir si un candidato es o no decente o es o no delincuente, o bien es mitómano y declarado reo, o no lo es.

Pero bueno, es cosa de ir por la calle cualquier día y a cualquier hora, automovilistas prepotentes arriba de su auto de grandes ruedas pagado en 48 cuotas y endeudado, pero orgullosamente arribista, que tiene a sus hijos en el colegio de 800 mil o más de la confederación de Luxemburgo porque da estatus. Una sociedad donde a un niño no se le puede negar un regalo en navidad y donde la gente no paga gastos comunes porque no le barrieron su puerta.

Nosotros, los que creemos en una sociedad colectiva, integradora, solidaria pasamos a ser ahora una minoría. El país cambió, el sistema neoliberal nos mostró sus primeros resultados políticos. Por eso esta elección era tan clave, era un test sobre el sistema neoliberal. Nos ganó.

Nos ganó un presidente que del 100% de gasto electoral, ocupó 94% mientras el restante 6% lo utilizó Guiller, seguramente para la franja.

Nos ganó un presidente que en su afán tuvo el desenfado de llamar a tu celular para pedirte el voto, que si prendes la radio lo escuchabas 40 mil veces usando un himno venezolano para más remate. Sólo faltó que apareciera en la cama cuando estabas con tu pareja haciendo el amor.

Nos ganó un hombre sin ética, sin vocabulario, sin inteligencia emocional, que sólo quiere poder por el poder. Uno que no tuvo pudor en eliminar en una planilla Excel una lista de espera de enfermos para cumplir con su promesa de campaña.

Yo ya estudié con fondo solidario, y me pos gradué con beca gracias a Bachelet por lo que podría darme lo mismo el tema educación, pero quiero tener hijos y que se eduquen como lo hicieron mis padres o mi madre en el Liceo de Temuco en la década de los 50 donde en una sala habían alemanes, mapuches, pobres, ricos, de todo y todos jugaban. No lo que dice Piñera que el padre es el que elige.

Señores la dictadura de los medios ha llegado para quedarse un buen tiempo, es la única explicación que Piñera haya obtenido tantos votos con  la historia que tiene.La información es poder y ellos lo saben. El pecado de la Concertación, ahora Nueva Mayoría, es no hacer nada contra eso y “apotingarse” en el poder.

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