Veinticuatro años de democracia y la histórica deuda municipal

Seguramente para los lectores aparezcamos como majaderos al señalar que tras cada gobierno que termina, se cumplen escasamente los compromisos que se acuerdan con el mundo municipal. Eso ha pasado en los cuatro gobiernos de la concertación y también en el recientemente finalizado gobierno de Sebastián Piñera.

En la primera mitad de los 90, se produjeron los dos hechos más relevantes en materia municipal y regional.En junio de 1992 se realizaron las primeras elecciones municipales democráticas, generándose autoridades edilicias que emanaron de la soberanía popular.

En 1994, se crearon los gobiernos regionales y luego se implementó la elección indirecta de Consejeros Regionales, cuya elección a partir de 2012 se ha realizado por votación directa de los ciudadanos y que, paradojalmente, aún no cuentan con una ley y un reglamento que clarifique cuáles son sus funciones y atribuciones.

Hablamos de demandas históricas, porque cuando nos dimos la tarea de escribir una agenda larga y una agenda corta para presentárselas a las candidatas Matthei y Bachelet, nos encontramos que estábamos puntualizando los mismo aspectos que venimos planteando hace décadas.

A saber, mayor autonomía financiera ; reestructurar el Fondo Común Municipal y tener un aporte fiscal , conjuntamente con el rediseño de variables que componen ese Fondo, de manera que incentive y premie el “buen” gobierno comunal ; disminuir las transferencias condicionadas donde el Estado central nos dice que hacer con determinados recursos y transformarlas en transferencias directas; generar mayores recursos en salud y educación pues anualmente, los municipios debemos traspasar importantes cantidades de ingresos propios para que la educación pública y la salud primaria puedan seguir funcionando; transferencia paulatina a la administración municipal de los distintos servicios que operan en el territorio de forma descoordinada como Fosis, Indap, Sence, Instituto Nacional del Deporte, entre otros ; facilitar y Promover la Cooperación Pública–Privada en la Gestión Municipal, entre otras demandas y propuestas.

Dentro de lo destacable, en el gobierno del Presidente Piñera, se logró aprobar e implementar reglamentariamente la ley de asociativismo municipal, lo que es un paso relevante y que mucho valoramos.

Y recientemente, en las postrimerías de su gobierno, cumplió su compromiso y se aprobó el proyecto que perfecciona el rol de los concejales, que incluye solución y respuestas a las demandas de los más de dos mil concejales y concejalas de Chile.

Sacar adelante esta ley contó con el abnegado trabajo de la Comisión de Concejales de la Asociación Chilena de Municipalidades, encabezada por el concejal de La Florida Marco Espinoza, acompañado por concejales y concejalas de todos los sectores políticos y nuestros equipos técnicos

Hablamos de demandas históricas pues, reconociendo ciertos avances, ningún gobierno de nuestra joven democracia ha dado impulsos cualitativamente sustantivos en materias de desarrollo local y regional.

Se espera desde el mundo municipal que, al iniciarse un nuevo ciclo político, podamos sentar las bases de una agenda descentralizadora que se transforme en una acuerdo nacional para el desarrollo local y regional , que sabemos que no se puede implementar en cuatro años pero sí debemos sentar las bases para ello.

Tenemos grandes desafíos y estamos dispuestos desde el municipalismo, a enfrentarlos con diálogo, propuestas técnicas y voluntad política.

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