Redes sociales, ¿somos libres de decir lo que queramos?

No hay país democrático donde los medios estén más férreamente en manos de la derecha económica y política que en el nuestro. Y cada día escuchamos a más ciudadanos de a pie quejarse de esta situación que no permite el buen diálogo de la sociedad chilena. Los medios de comunicación en cuanto fuente de información y comunicación no representan ni interpretan a todes los chilenos. ¿Habrá aumentado el pluralismo con la presencia de las redes sociales?  

Veamos. 

Primero fue la llegada de la Televisión Digital en Chile, que aún se abre camino el país, la que sembró esperanzas de terminar este encierro al proveer de nuevos múltiples frecuencias o canales. Con ellos lograríamos la ansiada ampliación en el arcoiris de miradas, pero… 

El gobierno de Michelle Bachelet terminó sin que el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) asignara las nuevas frecuencias a nuevos operadores, de acuerdo al objetivo de mejorar el pluralismo en la pantalla chica y no a la capacidad técnica como era en la ley anterior. 

¿Por qué este retraso? Porque debía esperar primero que la Subsecretaría de Telecomunicaciones, Subtel, le informara sobre la disponibilidad real de canales que ofrece el nuevo campo digital. Para lo cual, a su vez, éste debe esperar que los canales análogos actuales “migren” al nuevo campo, lo que debería estar terminado en 2020. Y mientras tanto, los canales de televisión siguen en las mismas manos. 

Y cuando ello ocurra, ¿el gobierno de Sebastián Piñera respetará la idea de conceder las nuevas frecuencias a nuevos operadores que permitan nuevas visiones de la realidad? Sigamos esperando. 

Mientras tanto tuvimos la ilusión de que el “periodismo ciudadano” que brotó en Internet con las redes sociales, la cantidad de internautas que escriben lo que se les canta, aumentaría el pluralismo en nuestro sistema de medios. Y mucho de esto sí funciona gracias a las infinitas posibilidades de información y conocimientos que contiene y permite el ciberespacio, pero… ¿hay plena libertad de expresión en Internet?

Cibercensura

Sabemos, porque es lo único que se difunde al respecto, cómo algunos países con gobiernos autoritarios controlan Internet, como los asiáticos China, Corea del Norte, Myanmar; árabes como Túnez, Egipto, Arabia Saudita; musulmanes como Turquía e Irak, etc.

A muchos les gusta agregar a Cuba entre los gobiernos censores, ignorando que es EE.UU. quien hasta ahora ha limitado el desarrollo de Internet en la isla caribeña - y por tanto, el acceso a los cubanos -, como parte del bloqueo económico con que la ha castigado por salirse del esquema capitalista.

A Cuba se le niega la fibra óptica  y ha debido reducirse al satélite, lo que disminuye fuertemente su fuerza informática y por tanto, es racionada al pueblo. 

Tampoco toda censura es necesariamente negativa. A comienzos de este año, Alemania dictó una ley que permite eliminar de la Web cualquier discurso que promueva el odio, es decir, comenzando por el racismo, su talón de Aquiles en el pasado. Y en muchos países, como el nuestro, hay leyes que permiten censurar “a posteriori” las injurias y calumnias a través de cualquier plataforma, que dañen el honor de una persona. 

El problema es que estas leyes se pueden usar positiva o negativamente y en nuestro país hemos visto cómo ha servido para que familiares de un criminal de la dictadura militar de Punta Peuco intentan censurar las verdades que escribió en sus libros-denuncia el periodista Javier Rebolledo. 

La censura a Internet se destapó a raíz del caso del australiano Julian Assange, quien con su empresa Wikileaks entregó a importantes diarios de Inglaterra, Estados Unidos y Alemania documentos secretos de la política internacional de Estados Unidos donde revelaba  los delitos cometidos por el ejército estadounidense (entre ellos, tortura) durante las guerras en Afganistán e Irak. Assange todavía es perseguido por la justicia de EEUU por esto y desde hace seis años sigue asilado en la embajada de Ecuador en Londres. 

Sin embargo, dirigida desde ese refugio, Wikileaks ha seguido funcionando. Y la censura a sus emisiones continúan porque se sabe, por ejemplo, que la transnacional Sony pidió a Google no difundir la revelación de Wikileaks de cómo fueron manipuladas las elecciones en Escocia en 2016. 

¿Quién manda internet?

Se sabe de censura en Internet, pero poco o nada se ha divulgado sobre quién controla y ha controlado Internet, o la Gran Red, desde un comienzo. 

Desde sus inicios la Gran Red (muchos de cuyos creadores fundadores son estadounidenses) era controlada por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones e Información (NTIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Esta podía vetar, eliminar o suspender los llamados “dominios”, como se denominan los espacios que permiten la fundación de páginas web: las .com o .cl, y así para cada país. Estos son provistos por otra compañía norteamericana, ICANN, que es la que concede hasta hoy esos dominios. 

El hecho de que esta importante herramienta de comunicación estuviera sólo en manos de Estados Unidos y en su territorio fue un asunto largamente discutido a nivel mundial en múltiples conferencias del Foro para el Gobierno de Internet derivado de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (2003-2018). Y llegó el cambio. 

A partir de octubre del 2016, ICANN sigue gobernando la Red, pero con un atenuante, se aceptó por fin la participación en su junta directiva de todos los sectores interesados, es decir, empresas privadas y, lo más importante, la sociedad civil organizada y no solamente países miembros como era hasta entonces. Esta última puede cumplir un gran rol al pedir cuentas a la autoridad, promover y defender el interés público en los contenidos y defender los derechos humanos. 

A dos años de este hecho, vemos que las que realmente se empoderaron con el bastón de mando fueron las empresas. 

En efecto, a raíz de la venta de nuestros datos privados por los grandes motores de búsqueda transnacionales  a tiendas políticas, agencias de inteligencia o de publicidad, supimos que el poder sobre Internet ya no reside únicamente en el gobierno de Estados Unidos, pues estos accesos a las cuentas de cibernautas  se hacían con la complicidad de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook y Pal Talk (pequeña empresa utilizada durante la invasión a Siria), You Tube, Skype, AOL y Apple. 

Más aún, hace poco leí que algunas de estas empresas se habían auto adjudicado el poder de ¡censurar las palabras de algunos jefes de Estado! O sea, los proveedores o motores de búsqueda de Internet serían hoy los que mandan la Gran Red.

Así lo predijo hace décadas el periodista francés Servan-Schreiber en su libro “El desafío americano”, señalando que las transnacionales gobernarían por sobre los Estados. 

Entonces ¿podemos decir lo que queramos en Internet a través de sitios web o redes sociales? Ja ja ja. 

En suma, la libertad en La Gran Red, que permitiría el pluralismo, es decir, la libre circulación de las ideas de todes, es hoy un chiste.

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