Después de la colusión destapada entre grandes cadenas hace 11 años atrás, y por cierto hecho altamente sancionable, en Chile la discusión política en relación al alto precio de los medicamentos se ha centrado exclusivamente en responsabilizar a las farmacias.
Esto, porque sigue siendo más rentable “políticamente” no hacerse cargo del origen del problema, que es el precio de venta que los laboratorios imponen a la red de dispensación farmacéutica chilena.
Esto ha traído como consecuencia que en la discusión legislativa de Fármacos II, tras el fracaso de Fármacos I en este ítem, aún no se escuche ningún conjunto de medidas articuladas para rebajar en forma significativa el gasto de bolsillo. Es de esperar que el MINSAL las presente en el corto plazo.
Una política concreta sería que Cenabast negocie precios y venda directamente a las farmacias independientes para beneficio de todos, replicando lo que hace con las farmacias populares cuya cobertura en la actualidad es limitada.
Países desarrollados como Estados Unidos y en vías de desarrollo, como México y Colombia, ya han puesto a las farmacéuticas y laboratorios en la mira.
Más allá, de las enormes diferencias en sus políticas de salud, económicas y sociales, han reconocido el ilimitado poder de los laboratorios para dictar los precios como el común denominador de esta problemática, de la cual Chile no está excluido.
En esta misma dirección, el presidente de EE.UU. anunció a fines de julio de este año que apoya un proyecto de ley bipartidista en el Senado para contener los precios de venta que los laboratorios imponen a la red pública y privada.
Una de las medidas busca permitir a mayoristas y farmacéuticos importar algunos medicamentos desde Canadá, donde los precios son más bajos. Asimismo el presidente de México AMLO, advirtió que compraría en otros países.
En un sector tan sensible como el de la salud, la omisión por parte de nuestras autoridades de poner este tema en la discusión y de enfrentar su ineficiente capacidad negociadora ante los laboratorios internacionales, peca de negligencia.
Han castigado tanto al sector de farmacias independientes que amenazan con hacerlo desaparecer. Sin duda lo lograrán si el Congreso aprueba la indicación que permitiría la venta de fármacos OTC en supermercados, con el riesgo sanitario que conlleva.
Con ello los llamados a desarrollar políticas públicas con visión de futuro, ponen en crisis un pilar vital de la red nacional de dispensación farmacéutica privada. La que da garantías de acceso profesional y seguro a fármacos, a la población.
Por otra parte, han inducido a las personas a desarrollar una animadversión hacia todas las farmacias. Mientras eso pasa, mientras las farmacias sigan siendo el “cuco”, los gobiernos de turno pueden seguir evitando presentar un plan que dé una solución de fondo.
Atento Sr. Presidente, atento Sr. Ministro. Es más, ya no se trata solo de precio.
Además tendrán que solucionar la crisis de abastecimiento en cientos de fármacos básicos demandados por los millones de pacientes y que hoy ya no están disponibles, porque los laboratorios los han retirado causando lo que hemos denunciado ante el ISP como “alerta sanitaria I y II”.
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