La última jugada de Beckham, poner fin a la malaria

David Beckham encerrado en una jaula, acosado por mosquitos de verdad. Así es el viral que lanzó la campaña “Malaria must die so many can live”, apoyada por el ex futbolista inglés, (La malaria debe morir, para que muchos puedan vivir).

La meta, apoyada por la fundación “Bill and Melinda Gates” es ambiciosa. Que sea nuestra generación la que termine con esta enfermedad, compañera del hombre desde tiempos inmemoriales.

La malaria es una enfermedad infecciosa, causada por un parásito: el plasmodium malariae y transmitida por un mosquito, el anopheles. Erradicada de Chile a comienzos del siglo XX gracias a los esfuerzos del Dr. Juan Noe, persiste hoy como una pesada carga de la humanidad, que no sólo cuesta vidas, sino también pobreza.

Se estima que el PIB de algunos países africanos disminuye hasta un 3% producto de la malaria.

Después de las enfermedades respiratorias, la diarrea (sí, leyó bien, la diarrea) el VIH y la Tuberculosis, es la Malaria una de las mayores causas de mortalidad por enfermedades infecciosas en el mundo, costando la vida a casi medio millón de personas cada año, siendo esta una enfermedad prevenible y completamente tratable.

¿Qué tiene que ver la Malaria con Chile? Que su invisibilización en países desarrollados o en vías de desarrollo como el nuestro no contribuye en la concientización a nivel global y sobre todo, en buscar una solución para los países más pobres, donde le cuesta la vida a 1,2 personas cada día, el 80 % de ellas habitantes del África Sub-sahariana.

El silencio de esta campaña en países como el nuestro, favorece a que estos países reciban mucho menos atención y mucho menos inversión en investigación, prevención y en tratamiento.        

El desigual acceso a la salud no se da entonces sólo en Chile, sino más bien es un fenómeno global. Peor aún, muchas de estas enfermedades tienen una alta falta de conocimiento para prevenirlas y tratarlas.

Respecto a la malaria, elementos tan simples como dormir con un mosquitero (el mosquito suele picar en el atardecer), el uso de repelentes y el tratamiento oportuno no llegan a miles de personas. Se estima que menos de la mitad  en riesgo de contraer esta infección, tiene acceso a un mosquitero.

La única enfermedad infecciosa que se ha logrado erradicar del mundo es la viruela. Lo mismo podría hacerse con otras enfermedades infecciosas como la Polio (si los grupos antivacunas lo permiten), la Lepra y por qué no, la malaria.

Sin embargo, hacerlo requiere un esfuerzo mundial y solidario, en que países que ya avanzaron en su erradicación, puedan dar un paso generoso y colaborar con aquellos que aún padecen estos flagelos.

Es por esto que campañas como ésta de David Beckahm son hoy más importantes que nunca. Nos recuerdan que vivimos en un mundo global, y que no siempre, los mayores problemas del planeta, son aquellos que quedan a la distancia de nuestro ombligo.

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