La estrategia de Aysén: ¿ineptos o maquiavélicos?

Mi abuela, luego de leer antecedentes sobre lo que está pasando en Aysén, ha desarrollado una teoría que, inicialmente me pareció tan descabellada que llegué a pensar que marcaba el inicio del inevitable deterioro producto de su avanzada edad.

Hoy, luego de analizar con más calma, he decidido pedirle a un gran amigo psicólogo que tenga un par de sesiones con ella (creo que se está poniendo paranoica).

Primero la teoría.

Querido nieto: ¿tú crees que el gobierno sea tan inepto para negociar como lo ha estado demostrando en Aysén?

Abuela, yo creo que es un proceso en marcha y no estoy tan seguro cómo terminará y, tal vez, estamos prejuzgando.

Me miró con un dejo de lástima. ¿No habrás estudiado en Navarra ese método de negociación de Harvard?

No abuela, no he estudiado mucho de negociar. Lo único que sé es lo que me ha enseñado la práctica de negociar.

Mira me dijo: yo creo que todo lo que ha pasado en Aysén es una “estrategia” construida desde el Palacio de la Moneda. Y agregó: para explicarte de forma sencilla, se trata de generar una negociación deplorable que cause la crispación de todos los ayseninos y la solidaridad de todo el país.

Bueno abuela, hasta aquí vamos bien. El país está empezando a molestarse y los habitantes de Aysén están más unidos que de costumbre. ¿Y cómo se sale de esto?

Mira me dijo: ¿no te parece raro que los denunciados por Ley de Seguridad del Estado sean 22? Y antes que le contestara, agregó: mis amigos que saben de economía me dicen que todo lo que piden los movilizados es muy fácil de aceptar y solucionar.

Entonces abuela, ¿cómo se solucionará esto y qué gana el gobierno?

Fácil. Es como una obra de teatro, un cuento, una película. Primero se establece la historia y los personajes, luego se genera una “tensión” que llame a los espectadores a estar atentos y tomar partido y, al final, el desenlace. Aquí es donde aparecen los héroes.

Abuela, ¿crees que ahora aparecerá el presidente y lo arreglará todo?

Se puso a reír y me dijo: ¡Qué barbaridad!, tu simpleza me conmueve. Ahora aparecerá Golborne, salvará a los “22 de Aysén” acusados por Ley de Seguridad del Estado y se transformará en el héroe de la película. Así de “22” en “33”, el gobierno se hace de un candidato competitivo para la próxima elección presidencial.

Abuela, yo creo que estás enloqueciendo. ¿Tú crees que el ministro Álvarez se prestaría para desempeñar el rol que está representando?, ¿tú crees que el ministro Hinzpeter firmaría un requerimiento contra dueñas de casa y simples ciudadanos con este fin?

No recibí más que una sonrisa de respuesta. Luego, entornando sus ojitos celestes, sentenció: mejor preocúpate dónde aparecerán los próximos “11” chilenos a rescatar.

Y concluyó con sus típicas preguntas: ¿tú crees que el gobierno y sus ministros son solamente ineptos?

Decídete: ¿ineptos o maquiavélicos?

Me quedé pensando y concluí que mi abuela tiene un punto a su favor.

La despedida.

Abuela, que tengas buen día.

Un segundo me dijo: ¿me puedes decir qué opinas de la ley de aborto que se discute en el Senado?

Se me atragantó el desayuno y lo único que atiné a decir fue: abuela, lo discutimos a mi regreso.

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