En medio de la expectación por la visita del reconocido músico Roger Waters a Chile es imperativo abordar la preocupante trayectoria de este artista, cuyas acciones han trascendido el ámbito musical para convertirse en expresiones de odio y antisemitismo.
La música de Roger Waters cautiva a millones de personas. Sin embargo, su talento se ve opacado por expresiones, declaraciones y actitudes que diseminan el odio y la violencia. En sus conciertos se han podido ver cerdos inflables con la estrella de David, símbolo que evoca la fórmula nazi para deshumanizar y profanar el judaísmo, lo que junto a alocuciones de distinta naturaleza, politizan y polarizan.
Su gira de este año ha sido extremadamente polémica. Ha banalizado la imagen de Ana Frank y ha hecho explícitas declaraciones antisemitas. De hecho, el Ayuntamiento de Fráncfort pidió cancelar su concierto, explicando que "se trata de uno de los antisemitas de mayor proyección del mundo, que ha solicitado un boicot cultural de Israel y ha comparado el trato a los palestinos con el régimen sudafricano del Apartheid".
Waters ha negado ser antisemita; dice que critica las políticas de Israel hacia los palestinos, pero que no odia a los judíos. Sin embargo, en el documental "The Dark Side of Roger Waters", personas que trabajaron con él lo desmienten, ofreciendo ejemplos claros de comentarios y actitudes antisemitas. El saxofonista de origen judío que trabajó con él relata cómo este último hizo una burla sobre su abuela cuando supo que ésta había sido asesinada en el Holocausto.
No es un caso aislado. La novelista Polly Samson, casada con David Gilmour, otro miembro de Pink Floyd, en un fuerte descargo lo calificó de "antisemita, apologista de Putin, mentiroso, hipócrita, misógino y megalómano".
Precisamente en los días previos a su arribo a Chile, Waters ha puesto en duda el brutal ataque perpetrado por terroristas de Hamás en Israel que cobró la vida de 1.400 personas y que mantiene a 240 secuestradas, diciendo que "el mundo no sabe qué sucedió realmente", y ha justificado el terrorismo porque "están obligados a resistir la ocupación desde 1967".
Roger Waters también ha justificado la invasión de Rusia a Ucrania y ha apoyado la dictadura en Venezuela. Por todo lo anterior, es imperativo hacer un llamado a que el artista inglés se abstenga de promover cualquier expresión de odio durante su visita a Chile, especialmente cuando nos encontramos sufriendo los embates de una ola de antisemitismo. Sus actos y declaraciones pueden actuar como catalizadores para la difusión del odio, por lo que apelamos a su responsabilidad, así como a la de la productora y todos los involucrados en su concierto. Asimismo, pedimos a líderes de opinión y autoridades que no le den cabida en agendas en las que tenga la posibilidad de reforzar su discurso violento.
Roger Waters, como he dicho, posee una larga trayectoria musical que compartir con sus fans, a quienes deseamos que disfruten su concierto, teniendo en cuenta que la posición que ostenta, no valida posibles muestras de odio.
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