Gasto público en transportes en Chile

El aumento del endeudamiento y gasto público nacional, que alcanza al 41,7% del Producto Interno Bruto (PIB), ha generado una muy natural inquietud. Si bien el endeudamiento chileno es menor que el de otros países de la región, como Brasil (88%), Colombia (67%) o México (58%), la pertinencia y justificación del gasto son los puntos en debate.

En columnas anteriores he revisado el gasto público en el sector transportes, específicamente las importantes pérdidas en Metro y Ferrocarriles (EFE). En conjunto, ambas empresas representan un desembolso anual de USD 494 millones para el Estado. Se ha observado que, a pesar de estas pérdidas, ambas han reducido sus gastos en mantención por pasajero, mientras que han aumentado los gastos de personal y las remuneraciones de sus gerentes. Para contextualizar, la pérdida anual de estas empresas equivale al costo de construir casi dos hospitales de alta complejidad (USD 280 millones cada uno). En cambio, los 10 puertos estatales generan ingresos suficientes y no requieren subsidios.

El sistema de transporte público de Santiago, Transantiago (hoy RED), iniciado en 2007 con la intención de funcionar sin subsidios, experimentó un "caos" que llevó a la implementación de subsidios estatales a partir de 2009. Esto lo convirtió en un importante foco de gasto público.

Más allá del Transantiago, el gasto nacional en subsidios al transporte público ha crecido de manera importante. En 2022, el total fue de $1.007.809 millones, escalando a $1.466.629 millones en 2024, lo que representa un aumento del 45,5% ($458.819 millones netos) en solo dos años (dtpr.cl). La Región Metropolitana (RM), cuyo gasto ha crecido 42%, concentra la mayor parte de este gasto: con solo el 38% de la población del país, absorbe el 75% de los subsidios, mostrando una clara desigualdad con las demás regiones.

Para gestionar el Transantiago y sus políticas de transporte, el Ministerio de Transportes dispone de secretarías regionales ministeriales (seremi). En 2013, ante el elevado gasto y la necesidad de mejorar la gestión, se creó el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM). Esta decisión implicó no solo la institucionalización de los subsidios (2009) sino también la creación de una nueva entidad estatal.

El gasto de la DTPM también ha mostrado un muy importante crecimiento. De $27.569 millones en 2022, saltó a $55.410 millones en 2024, un aumento de más de 100% ($27.840 millones netos). Este incremento es notable considerando que, en el mismo periodo, el número de buses en circulación solo aumentó 9% y el de empresas operadoras se mantuvo. La DTPM cuenta con 182 funcionarios (19% más que en 2022) y una generosa estructura organizacional de 10 gerentes.

En resumen, entre 2023 y 2024, el gasto público en transporte se incrementó en $486.659 millones (aproximadamente USD 517 millones), sumando solo los subsidios y el gasto de la DTPM; y para optimizar la gestión y reducir el gasto, se proponen dos medidas:

  • Ampliar las responsabilidades del Ministerio de Transportes: el Ministerio debería asumir el control de las autopistas y su relación con trenes y puertos (cadena logística). Actualmente, las autopistas son concesiones del MOP, operan como un negocio financiero de muy alta rentabilidad y carecen de una orientación clara como vías de circulación dentro del sistema de transporte
  • Fortalecer la capacidad de control del Ministerio: es fundamental mejorar la ejecución y supervisión de los enormes subsidios, así como de las empresas que le reportan (Metro, EFE, puertos). Además, se requiere un control efectivo y externo (Hacienda) para verificar la eficiencia y, lo más importante, la pertinencia de los gastos

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