En junio de 2021, como Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) entregamos al MOP un estudio acerca de lo que -a nuestro juicio- podría ser una política tarifaria para las rutas concesionadas interurbanas. La idea fue contribuir a una discusión que nos parecía urgente y que creemos sigue teniendo la misma relevancia en estos momentos.
Así lo ha hecho ver el ministro de Obras Públicas actual en numerosas reuniones en las que ha explicitado su posición acerca del modelo de concesiones que se ha llevado a cabo en Chile durante los últimos 30 años. Al respecto es bueno reconocer que entre los usuarios se ha instalado una percepción negativa respecto de la tarifa que se paga, no al nivel de rechazar el pago, pero sí cuestionando el monto en relación al servicio que se obtiene, las diferencias de pago entre distintas concesiones, la falta de flexibilidad para responder ante situaciones críticas, entre otros.
Creemos que después de 30 años de haber concebido una determinada política tarifaria para el sistema de concesiones viales que opera en Chile es oportuno revisarlo en base a ciertos criterios:
Sustentabilidad económica del sistema vial concesionado: en Chile menos del 4% de la red de caminos interurbanos es concesionada. Esta es la que concentra el mayor tráfico, por lo que se supone es la que agrega mayor valor a quienes la usan. Nos parece que es absolutamente legítimo y justo que se aspire a que esa red se autofinancie. Es decir que quienes la usen paguen por las inversiones que se ponen a su disposición, por el mantenimiento de la red y por su operación. Los recursos públicos que, de otra forma, debieran destinarse a este propósito pueden utilizarse para mejorar la red secundaria - 94% restante de la red que no está concesionado- y así, ampliar la oferta vial de calidad con que cuenta el país para facilitar la reasignación de viajes y contribuir a una menor congestión.
La ecuación que surge de esta serie de principios que, a nuestro juicio, deberían regir la política tarifaria del sistema de concesiones viales en Chile es compleja. Sin embargo, cuando se debió enfrentar la primera generación de concesiones de la Ruta 5 (año 1995-2000) algo de esto se elaboró, con menos información, menos tecnología, menos recursos profesionales y menos conocimiento de lo que significaba un sistema de concesiones. Estamos ciertos que después de 30 años algo de ha aprendido como para llevar adelante esta tarea con mucho más propiedad que en ese entonces.
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