En Chile, más de 19 mil personas viven en situación de calle, de las cuales cerca del 50% (más de 8.000) lo hacen en la Región Metropolitana, seguida por Valparaíso, Maule y Antofagasta, esto según las últimas estadísticas que se conocen gracias a los catastros del Registro Social de Hogares (RSH) del Ministerio de Desarrollo Social. Estamos hablando de personas extremadamente vulnerables en varios de sus derechos fundamentales, como lo son salud, educación, vivienda, trabajo o justicia, entre otros; y quienes habitan o pernoctan en espacios públicos como plazas, calles, salidas de hospitales o de vez en cuando alojan en algún hogar público o privado.
Son diversas las razones que favorecen esta magra realidad, como la crisis económica que se desató tras la pandemia, las altas cifras de desempleo y una inmigración desatada y sin controles, como también el déficit habitacional y de viviendas que afecta a nuestro país y que aporta directamente a incrementar estas cifras por diversos factores, y falta de terrenos principalmente. Según TechoChile, la carencia alcanza cerca de las 640 mil casas, donde 35 comunas concentran el 55% de la falta de viviendas en el país, destacando Santiago, Estación Central, Puente Alto, Recoleta, Maipú e Independencia.
La problemática ha sido un desafío para todos los gobiernos y se debe contemplar un plan de acción ahora, ya que no podemos seguir esperando de manera inerte que el tema se solucione. Da tristeza ver casas de cartón, carpas o colchones tirados en las calles que se conviertan en el hogar de adultos y niños, debido a que todos tenemos derecho a una vivienda digna y es lo que plantee en un proyecto de ley que presenté en el Congreso Nacional al asumir como diputado.
Pero usted dirá... "¿un proyecto más?" La verdad es que es de toda lógica que haga esa pregunta, dado que estamos en un Congreso con sequía legislativa de parte del Gobierno y además con un presidente de la Cámara de Diputados que solo pone en tabla los proyectos que le mandatan desde La Moneda. Como no me gusta criticar sin proponer es que considero que para hacer frente al déficit habitacional debemos aumentar los recursos fiscales destinados al Ministerio de Vivienda en el Presupuesto 2023, se deben priorizar los esfuerzos en los municipios con mayor déficit y entregar soluciones rápidas y oportunas.
Focalicemos bien las energías, fortalezcamos la inversión pública del Minvu y comprometamos al sector privado para avanzar correctamente en el desarrollo de proyectos de viviendas sociales, a través de apurar el acceso a suelo y permitir que nuevos actores, privados o de la sociedad civil, puedan cooperar con acciones para atacar esta carencia.
Es muy importante también abordar cada caso o municipio en específico, por lo que se necesitan análisis de datos de las comunas para levantar información y diagnósticos certeros que permitan localizar las tareas y focalizar esfuerzos y voluntades donde más trabajo se requiere, no dejando de lado medidas más rápidas como subsidios de arriendo o para compra de viviendas nuevas o usadas, como también la construcción de inmuebles. Tenemos arduos desafíos por delante en esta materia, donde según la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) -en su reciente estudio "Demanda de viviendas en suelo urbano"- se debe aumentar en 41% el parque habitacional en relación a 2017 y construir 143 mil casas por año hasta 2035 para palear el déficit de viviendas.
No queda más que "ponerse manos a la obra" para que en Chile sea un derecho tener un techo digno.
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