El espacio exterior siempre ha sido parte de los misterios de la humanidad, y su incansable búsqueda ha generado alegrías, como el alunizaje del Apolo 11 en 1969, y contratiempos como la tragedia del transbordador espacial Challenger en 1986.
Por lo mismo, Estados Unidos trabaja actualmente en una nueva misión espacial denomina Programa Artemisa, cuyo propósito es llevar a un hombre y una mujer a territorio lunar el 2024, para posteriormente planificar la instalación de una colonia de seres humanos en Marte.
Por su parte, Chile dispondrá de un nuevo Sistema Nacional Satelital (Snsat), que reemplazará el actual satélite de observación óptica de la Tierra Fasat Charlie, por una constelación de 10 satélites (8 se construirán en nuestro país). El Snsat contempla la construcción de tres estaciones terrestres, en Antofagasta, Santiago y Punta Arenas, además de un Centro Espacial en Cerrillos. Este programa considera una inversión de USD$ 120 millones, el cual fue adjudicado por la empresa israelí ISI Imagesat International.
Asimismo, se diseñó una nueva institucionalidad espacial nacional. Ésta será presidida por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y contará con la participación de los ministerios de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Transporte y Telecomunicaciones, y de Bienes Nacionales. Se espera que tanto este programa como la nueva institucionalidad, estén listos en el primer trimestre de este año.
Conviene recordar que diversas fuentes del ámbito científico y empresarial aseveran que el espacio será un sector pujante en la economía en los próximos 20 o 30 años, y podría crecer a USD$ 3 trillones según las predicciones, por ejemplo, del Bank of America, con lo cual el espacio debiera ser visto como un nuevo mundo de oportunidades, sin fronteras, donde el límite podría encontrarse recién en una galaxia muy muy lejana.
Por lo mismo, Chile debiera recuperar el liderazgo regional en materias espaciales, para lo cual se requiere cooperación internacional y participación en los futuros proyectos lunares y marcianos. Se debe recordar que nuestro país dispone de ventajas geográficas y capacidades humanas únicas en el mundo, aunque en la actualidad, desgraciadamente estamos muy lejos de invertir un promedio de 2,4% de nuestro PIB en innovación, como ocurre en los países de la OECD.
En este contexto, la Cancillería ha sido parte importante en todas las iniciativas espaciales de Chile, tales como la firma y ratificación de los cinco Tratados del Espacio Ultraterrestre de 1967, la firma de cada uno de los acuerdos bilaterales en materias espaciales, y otros instrumentos internacionales relacionados con Ciencia y Tecnología espacial.
En el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Dirección de Seguridad Internacional y Humana (Disin) se encarga de los Asuntos del Espacio mediante su Unidad de Aeronáutica, Telecomunicaciones y Espacio (DISIN-ATE), y por lo mismo, le corresponde relacionarse con el sector público y privado en el ámbito de sus competencias, buscando un equilibrio entre los actores nacionales que integran la industria espacial y ayudándoles a tener una mayor visibilidad a nivel internacional.
Finalmente, con una institucionalidad acorde a los nuevos tiempos, más una implementación eficiente y eficaz del Sistema Nacional Satelital, sumado a una significativa colaboración entre el sector público y privado, se podrá convertir a Chile en un actor relevante a nivel regional en materia espacial. La actividad empresarial, por su parte, podrá contribuir también al desarrollo sostenible de Chile. El desafío está a la vista.
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