Cómo votar en las próximas elecciones: un checklist científico

Coescrita con Fernando Valiente Echeverría, Núcleo Interdisciplinario de Microbiología, Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile

En cada elección se escuchan promesas sobre crecimiento, seguridad y bienestar. Pero hay un factor que atraviesa todos esos temas y pocas veces se mira de frente: la ciencia, la investigación y el desarrollo que generan. Las sociedades seguras y prósperas no se construyen solo con discursos, sino con conocimiento que permite la transformación de la matriz productiva. Nuestro país invierte apenas 0,41% del PIB en investigación y desarrollo (I+D), muy por debajo del promedio de la OCDE.

Mejorar esa cifra -con metas, calendario y financiamiento claros- es una condición sine qua non para innovar en salud, educación, productividad y resiliencia climática. Solo así dejaremos de depender de la exportación de recursos naturales para dar el salto hacia un desarrollo sostenible e inclusivo.

Un país que invierte en conocimiento tiene mejores empleos, servicios públicos más eficientes, salud más preparada y una economía más estable. Esto se logra no solo con ideas, sino con la formación de capital humano avanzado y la infraestructura adecuada. Es por ello que, al revisar programas y candidaturas, vale la pena hacerlo con un "microscopio científico".

Guía sencilla para elegir bien en las próximas presidenciales

  1. Metas con números y calendario: no basta con la hermosa frase "impulsaremos la ciencia". Debe existir una meta anual de incremento de inversión en I+D -claramente por encima del 0,4% actual- y un plan de financiamiento claro: ¿De dónde saldrá el dinero, cuándo y cómo se garantiza el desarrollo constante?
  2. Institucionalidad robusta, no clientelismo: un programa presidencial serio fortalece a la ANID y los fondos evaluados por pares, asegurando transparencia y rendición de cuentas. La ciencia debe ser política de Estado, independiente de los ciclos políticos
  3. Carrera para el talento y capital humano: la innovación y la transformación de la matriz productiva dependen intrínsecamente de las personas. Es fundamental que las propuestas contemplen estabilidad laboral para los investigadores, incentivos para el retorno de becarios, y un plan estratégico de formación de capital humano en áreas críticas para el país (como energías limpias, astrofísica o data science), asegurando además equidad de género. Sin personas con altas capacidades, no hay futuro científico
  4. Infraestructura y descentralización real: ¿Existe una descentralización real? Busque la promesa de infraestructura compartida de alto nivel (grandes laboratorios, centros de datos, plataformas tecnológicas) que no solo se concentren en Santiago. La formación de capacidades regionales a través de polos tecnológicos y el apoyo a universidades fuera de la capital son clave para aprovechar laboratorios naturales como el océano, la Antártida y la minería
  5. Puente con la matriz productiva e innovación: las buenas políticas fomentan la I+D en empresas chilenas, las compras públicas innovadoras y el apoyo a las empresas de base científico-tecnológica. Este es el punto neurálgico donde la inversión en ciencia básica se traduce en un cambio profundo y en la diversificación de nuestra matriz productiva, generando valor agregado
  6. Datos abiertos y Estado moderno: la ciencia florece donde la información circula. Busque compromisos para abrir datos, mejorar la interoperabilidad y simplificar trámites. Un Estado que facilita el acceso al conocimiento es un acelerador del desarrollo
  7. Transformación digital con derechos y capacidades: se necesitan reglas claras para la inteligencia artificial y la ciberseguridad, además de apoyo a la formación de capacidades digitales y la adopción tecnológica en pymes y servicios públicos, sin dejar a nadie atrás
  8. Salud y clima con base científica: la evidencia científica debe estar al centro de las políticas en salud y medio ambiente: vigilancia epidemiológica, investigación clínica, estrategias de adaptación al cambio climático -agua, energía, ciudades resilientes-. Aquí el desarrollo tecnológico es sinónimo de supervivencia.

Tres señales de seriedad

A) Presupuesto plurianual para I+D (no promesas año a año)
B) Métricas verificables (metas intermedias, indicadores públicos de desarrollo)
C) Gobernanza participativa (comités de expertos y representación de la formación de capital humano regional)

 

Cómo usar esta guía en 10 minutos

  • Descargue el programa de su candidatura favorita
  • Marque con una X si cumple cada punto de la lista
  • Si faltan metas o plazos en infraestructura o formación de capacidades, pregunte y exíjalos: las redes sociales, los foros y los medios locales son buenos espacios para hacerlo. Si no hay respuesta... busque otro candidato/a.

¿Por qué importa? Porque la ciencia no es un lujo: es la garantía de nuestra seguridad económica, la llave para diversificar la matriz productiva, la base para la formación de capital humano de calidad, y la herramienta más potente para asegurar un desarrollo resiliente.

Votar con estos criterios no es una cuestión partidista; es exigir metas, métricas y mecanismos para que el conocimiento mejore la vida cotidiana. En estas elecciones, lleve a la urna una pregunta simple: ¿Este programa pone a la ciencia a trabajar para Chile -con presupuesto, calendario, transparencia, y una visión de transformación de la matriz productiva- o solo promete sin medir? Si la respuesta es sí, va por buen camino. Si es no, todavía está a tiempo de repensar su voto.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado