Teletón: cuando un país decide no mirar hacia otro lado

Alfredo Misraji Trajtman

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Hay proyectos que trascienden generaciones, gobiernos y coyunturas. Proyectos que se vuelven parte de la identidad de un país y que, más que campañas solidarias, se transforman en verdaderos actos de conciencia colectiva. La Teletón en Chile es uno de ellos. Desde sus inicios, la Comunidad Judía de Chile ha acompañado este camino con convicción, compromiso y una profunda coherencia con los valores que nos inspiran como comunidad.

Apoyar la Teletón sigue siendo, una expresión concreta de nuestro deber ético como ciudadanos chilenos y como comunidad judía que forma parte activa de este país, un recordatorio de que la solidaridad no se declama: se practica. Porque cuando miles de familias enfrentan diariamente el desafío de la rehabilitación, la inclusión y la dignidad, no basta con admirar su fortaleza; es imprescindible acompañarla.

En la tradición judía existe un principio fundamental: Tikún Olam, la responsabilidad de contribuir activamente a la reparación del mundo, a través de acciones sostenidas, constantes y comprometidas. La Teletón encarna precisamente ese espíritu: la unión de voluntades diversas que se encuentran en un propósito común, dejando de lado diferencias para poner en el centro lo realmente importante.

Hoy, más que nunca, en un contexto social desafiante, marcado por la desconfianza y la fragmentación, la Teletón nos invita a recordar que Chile también sabe unirse. Que existe una reserva moral capaz de movilizar empatía, generosidad y compromiso real. Y que la discapacidad no es solo una condición médica, sino un desafío país que nos interpela a todos.

Chile no avanza cuando desvía la mirada, avanza cuando se hace cargo. Cuando entiende que mirar hacia el lado cómodo no construye futuro, pero sí lo hace la empatía transformada en acción y la convicción de asumir que el dolor del otro también nos pertenece. En ese gesto consciente de no mirar hacia otro lado está la esencia misma de la Teletón: un llamado a no acostumbrarnos a la distancia, a no normalizar la exclusión y a elegir, una y otra vez, ser parte activa de la solución.

Como Comunidad Judía de Chile, reafirmamos con orgullo nuestro respaldo a esta obra que ha transformado miles de vidas. Lo hacemos no solo desde el aporte económico, sino desde la convicción profunda de que una sociedad se mide por la forma en que cuida a quienes más lo necesitan.

Invitamos a todos los chilenos este 28 y 29 de noviembre a sumarse, a involucrarse y a comprender que cada aporte, por pequeño que parezca, es un paso más hacia un Chile más humano, más justo y más solidario. Porque cuando elegimos ayudar, acompañar y comprometernos, no solo apoyamos a la Teletón: fortalecemos la columna vertebral de nuestro país.