El fenómeno COVID-19 está llevándonos a repensar cómo nos relacionamos con la tecnología en nuestra vida cotidiana, y en particular en el trabajo. El objetivo de frenar el avance de la pandemia nos ha llevado a la necesidad de quedarnos en la casa, lo que ha relevado la importancia de las herramientas digitales para continuar con nuestras vidas y seguir trabajando con la mayor normalidad posible.
El trabajo remoto está siendo una experiencia que está llevando a las personas y organizaciones a revisar la manera en que trabajamos, la pertinencia de gastar largo tiempo en traslado, o las muchas reuniones que podrían haber sido un correo electrónico o un mensaje.
Así también, el trabajo remoto nos está mostrando con vehemencia la importancia que tiene la transformación digital en las organizaciones, y por cierto en el Estado y los funcionarios públicos.
Por lo mismo, el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera está comprometido desde el primer día con una transformación digital del Estado que está permitiendo avanzar a paso firme hacia un Gobierno basado en plataformas y no en silos, que apoyado en los datos y las tecnologías digitales, ponga en el centro de su actuar al ciudadano y sus necesidades.
Para esto, seguimos avanzando fuerte en las política Cero Filas y Cero Papel, la consolidación de la Identidad Digital, la implementación de un sistema de Interoperabilidad, entre otros. Todos ellos esfuerzos habilitantes para implementar la recientemente aprobada Ley de Transformación Digital.
Con Cero Filas, buscamos llevar los servicios del Estado al celular. Esto implica un esfuerzo grande de digitalizar, simplificar y/o eliminar trámites, desarrollando y digitalizando nuevos procesos para que más personas y emprendedores puedan acceder a ellos desde la comodidad de sus casas o teléfonos. Un trámite en línea demora en promedio un 74% menos que uno presencial y es un 95% más barato.
El año 2019 se digitalizaron 215 trámites, lo que permite que a la fecha más del 56% de los trámites ya sean digitales. Este año 2020, desde Gobierno Digital estamos intensificando el apoyo tecnológico y de gestión para digitalizar 430 nuevos trámites, lo que nos llevaría a totalizar 2.350 trámites digitales, equivalente a un 68%.
Lo anterior, con miras al objetivo de digitalizar, hacia fines de 2021, el 80% de los trámites de la Administración Central.
Con la política Cero Papel, queremos que todas las comunicaciones entre los organismos públicos sean digitales a través de DocDigital, la nueva plataforma de comunicaciones del Estado que desarrolló Gobierno Digital. Ello permitirá ahorrar cerca de US$ 560 millones anuales en papel, gestión de documentos y bodegaje, entre otros. Un gran progreso que cambiará por completo la forma de hacer las cosas dentro del Estado.
Actualmente 8 instituciones ya están intercambiando oficios, memos, cartas y circulares digitalmente, lo que se ampliará durante el primer semestre a todos los organismos de la Administración Central, donde ya hay 282 instituciones habilitadas en la plataforma y 3400 usuarios enrolados.
Asimismo, ya se está trabajando en la incorporación de otros poderes del Estado, y durante el segundo semestre comenzaremos la expansión a municipios.
En esta misma línea, estamos promoviendo el uso de FirmaGob, que es la Firma Electrónica Avanzada del Estado. Esta firma ya es utilizada por funcionarios de más de 250 instituciones, quienes firman más de 50 mil documentos semanales.
Un pilar fundamental para un Estado Digital es el desarrollo de la identidad digital de las personas para operar en el mundo digital, de forma verificable, segura y sencilla.
En esta línea, estamos potenciando fuertemente la ClaveÚnica como el sistema de autenticación por defecto para acceder a cientos de servicios, trámites y beneficios del Estado. Actualmente 6,8 millones de ciudadanos tienen su ClaveÚnica y el objetivo es llegar a 8 millones de usuarios en 2020, junto con integrar a 150 instituciones faltantes para cumplir la meta presidencial de instalarla como el único sistema de autenticación digital en la Administración Central del Estado.
Éstos y otros proyectos avanzan en paralelo y en coherencia con la nueva Ley de Transformación Digital del Estado, que fue promulgada en noviembre pasado, y que entre sus mandatos establece la tramitación digital por defecto y en papel por excepción; junto con el principio de interoperabilidad, bajo el cual el Estado en lugar de pedirle al ciudadano un documento o dato que ya posee, deberá ir a buscarlo internamente interoperando con las demás instituciones.
Para implementar dicha Ley, estamos en plena elaboración de sus reglamentos, así como piloteando junto a otras instituciones lo que será el nuevo Modelo de Interoperabilidad del Estado, basado en API’s, el cual busca usar la tecnología para acelerar y simplificar al máximo el intercambio de información entre instituciones, en pos de la entrega de servicios digitales de calidad a los ciudadanos.
Chile se ha propuesto hacer de la transformación digital del Estado una realidad en un plazo de 5 años. Muchos dicen o decían, legítimamente, que 5 años es un horizonte de tiempo muy corto por, entre otros factores, el cambio cultural y de mentalidad que conlleva.
Hoy, de forma totalmente inesperada, muchos nos encontramos experimentando por primera vez el trabajar desde nuestras casas, exponiéndonos a modos de vida que no conocíamos, cuestionando nuestros parámetros culturales, y donde las tecnologías digitales se vuelven elementos vitales de esta experiencia. Esto recién comienza, aunque el cambio cultural pareciera no tener vuelta.
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