La transformación digital parece llegar a todas partes y a todos los ámbitos de nuestras vidas. Hemos visto cómo las tecnologías digitales ofrecen nuevas oportunidades de acceso a la información, participación e interacción, con importantes consecuencias en espacios como el trabajo, el acceso a la salud, la educación, y la relación con el gobierno.
Sin embargo, no todos estamos incluidos en la esfera digital de la misma manera. La promesa de inclusión con la masificación de las herramientas digitales ha chocado con todo tipo de desigualdades, muchas de las cuales se expresan a nivel local y territorial.
Y es que la inclusión digital no es solo un tema de acceso a internet o tecnología, si bien ese es un primer paso muy importante. También tiene que considerar las motivaciones, percepciones, habilidades y posibilidades de usos de las personas. Así, una mirada multidimensional a la digitalización debiese medir su impacto en áreas como la comunicación, la educación o el acceso a información e interacción con el gobierno, porque no todo es un tema de conexión.
Fue en ese contexto que desde el Núcleo Milenio en Desigualdades y Oportunidades Digitales (Nudos), un centro asociativo con financiamiento de ANID, decidimos desarrollar un estudio sobre inclusión digital a nivel local. Nos importaba estudiar diferencias y matices que determinan las experiencias de los usuarios con las herramientas digitales y por eso adoptamos una mirada multidimensional al fenómeno.
Desarrollamos así el Índice de Digitalización Comunal (IDC), que mide la inclusión digital de 301 comunas del país a partir de tres tipos de indicadores: Conectividad en hogares (esto es, las conexiones fijas residenciales), educación digital (datos del Simce 2023 sobre las percepciones de estudiantes y profesores respecto de infraestructura, alfabetización y usos de tecnologías digitales en el ámbito escolar), y municipio digital (datos recolectados por Nudos sobre servicios y trámites digitales en los sitios web municipales).
Los resultados del IDC (disponibles en indice.nudos.cl) son elocuentes: Aunque hay importantes avances en materia de digitalización, también hay brechas importantes, con distancias de magnitud entre las comunas con el IDC más alto y el más bajo. Es más, hay varias comunas que se están quedando atrás en la transformación digital. Esto supone que el desafío de la digitalización todavía se hace cuesta arriba para muchos en todo el país. Comunas como Tiltil, en la Región Metropolitana; Freirina, en Atacama; Corral, en Los Ríos; o Villa Alegre, en Maule, están entre las localidades con peores indicadores en el IDC.
Los datos también muestran que la digitalización no es solo un tema de comunas grandes, más acomodadas o cerca de grandes centros urbanos. Si bien el índice lo lidera Las Condes, entre las comunas con mejores indicadores están pueblos costeros y menos densos poblacionalmente como Santo Domingo, Concón y Zapallar. También comunas más distantes de la capital, como Punta Arenas o Temuco, y comunas que no necesariamente saltan a la mente cuando uno piensa en transformación digital, como Pedro Aguirre Cerda, San Miguel o Los Andes.
Es importante destacar que las comunas suelen mostrar diferentes niveles de avance en los distintos indicadores. Así, comunas con altos niveles de conexión a internet fija residencial no necesariamente tienen un buen desempeño en el subíndice de educación digita o de municipio digital. Es el caso, por ejemplo, de Lota (Biobío) o Graneros (O'Higgins). Al mismo tiempo, niveles relativamente bajos de conexiones no siempre se traduce en bajos niveles de educación o municipio digitales. Comunas como Futrono (Los Ríos) o San Nicolás (Ñuble) muestran que los esfuerzos por llevar las herramientas digitales a la comunidad pueden ser efectivos incluso cuando el acceso no es óptimo. Se puede avanzar incluso si la infraestructura tecnológica no es la ideal.
Otro dato que sale a la luz en el IDC es que, si bien la mayoría de las comunas rurales tienden a quedar clasificadas con un IDC bajo, la condición de ruralidad no es un factor que inevitablemente redunde en una menor digitalización. Comunas rurales como Tocopilla (Antofagasta), San Clemente (Maule) o La Unión (Los Ríos) clasifican como comunas con alta digitalización.
La inclusión digital es en la actualidad una de las principales preocupaciones de los sectores público y privado. Una comprensión más matizada de los desafíos de la conectividad y de los factores que determinan las experiencias de los usuarios con las herramientas digitales es clave para diseñar políticas y programas que incidan una mayor digitalización. En tiempos en que la sociedad se digitaliza aceleradamente y en un país donde desde junio de 2024 por ley internet es un servicio público, el desafío es entender la realidad local para poder avanzar hacia una brecha digital cero.
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