Vivimos una era fascinante, casi vertiginosa, donde pareciera que todo puede ser resuelto con inteligencia artificial. Una especie de "nueva fiebre del oro digital", todos hablan de los grandes tesoros que podrían encontrarse con los algoritmos correctos. Pero, como en toda fiebre, no todos encuentran pepitas; algunos, más astutos, terminan vendiendo palas y picotas.
En el libro "Humanos + Máquinas", de Daugherty y Wilson, se plantea un enfoque muy lúcido: la IA no viene a reemplazarnos, sino a complementarnos. Ellos proponen cuatro dimensiones que nos invitan a reflexionar: lo que la IA hace sola; lo que la IA puede hacer con apoyo de nosotros; lo que podemos hacer mejor con IA; y lo que sólo podemos hacer nosotros.
Esa última dimensión es clave. Nos invita a reconocer en qué generamos verdadero valor y, sobre todo, qué disfrutamos hacer. En un entorno donde la tecnología avanza más rápido que nuestras certezas, la pregunta esencial no es "qué puede hacer la IA por mí", sino "qué valor único aporto yo, y cómo puedo potenciarlo con tecnología".
Innovar no es simplemente hacer cosas nuevas. Es hacer que las cosas nuevas sirvan para algo. Es encontrar ese punto donde la tecnología no reemplaza la esencia de lo humano, sino que la amplifica. En los negocios -y en la vida- la coherencia es un activo subvalorado. Si el valor proviene de la gente, cuide a la gente. Si proviene de las máquinas, manténgalas y mejórelas. Si su valor radica en la creatividad, propicie espacios donde pueda florecer. Si el valor está en el servicio, que su obsesión sea servir mejor.
Nuestra agenda revela lo que realmente valoramos. Si algo no está en ella, probablemente no sea prioritario o no estamos siendo coherentes con lo que decimos que nos importa. La coherencia, en definitiva, es una brújula. Nos mantiene alineados con la fuente de nuestro valor, nos ayuda a decidir en qué tecnología confiar, en qué procesos innovar, y en qué ámbitos mantener la esencia intacta.
Desde el Idiem, creemos firmemente en esa coherencia entre valor, tecnología y propósito. Nuestro rol como instituto es acompañar a la industria en la búsqueda de soluciones que no solo incorporen innovación y ciencia aplicada, sino que lo hagan respetando el propósito de una industria más confiable, sostenible y competitiva. Cuidando a las personas y el compromiso con la calidad.
La invitación es simple, pero profunda: descubre tu valor, poténcialo con la tecnología disponible y sé coherente con ello. En un mundo que cambia sin pausa, lo verdaderamente valioso es aquello a lo que nos gustaría seguir dedicándole tiempo.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado