El prestigioso flautista chileno Pablo Ramírez recorrerá parte del repertorio fundamental de la música barroca este 30 de mayo, para dos flautas y bajo contínuo, compartiendo escenario con el flautista catalán, de prestigio internacional, Claudi Arimany, guardián del legado del fundamental Jean Pierre Rampal.
El importante concierto denominado "L´Esplendor del Barroc: Concert de Música de Cambra per dues flautes i clavicèmbal" se dará lugar en la Parròquia de Santa Maria de Badalona en Barcelona. En el evento, Ramírez y Arimany, en flautas, compartirán el repertorio junto a Pedro Rodríguez, en el clavicémbalo.
Interpretarán obras de Johann Joachim Quantz, Joan Baptiste Pla, Georg Philipp Teleman, Wilhelm Friedemann Bach y Carl Philipp Emanuel Bach.
Claudi Arimany se destacó desde temprana edad en actuaciones solistas con importantes orquestas, siendo considerado como uno de los principales flautistas europeos de su generación. Su talento lo llevó a colaborar estrechamente con Jean Pierre Rampal en decenas de conciertos, en los escenarios más importantes de mundo y llegaron a grabar juntos once discos. Arimany, ducho en las artes de la escuela de interpretación francesa, heredó la emblemática flauta de oro del célebre constructor W. S. Haynes, antigua propiedad del portento galo, la cual aún utiliza en sus conciertos.
A su vez, el flautista y musicólogo chileno Pablo Ramírez es doctor en Musicología por la Universidad Autónoma de Barcelona y máster en Musicología y Educación Musical por esa misma universidad. En 2006 obtuvo la licenciatura en Artes y el título en Interpretación Musical por la Universidad de Chile y ha sido primera flauta en las orquestas Clásica de la Universidad de Santiago y de Cámara de Valdivia, de Chile. Fue, además, primer premio en el "Concurso Nueva Vermland", en Córdoba, Argentina y segundo lugar en el "Concurso Internacional del V Festival Internacional de Música de Buenos Aires".
Pablo Ramírez comparte con Arimany no sólo una fe interpretativa, sino también la pasión por la investigación y el trabajo académico. Arimany es el cancerbero de la biblioteca musical de Rampal y sus preciadas flautas. El catalán se ha dedicado desde la década de los años 80 a estudiar y preservar los repertorios de los autores clásicos del Barroco, pero por sobre todo de los grandes intérpretes y compositores de Cataluña como Joan Baptista Pla (1720-1762), contemporáneo de Mozart, del cual se apreciaba poco su obra.
Pablo Ramírez a su vez, ha investigado al chileno Ruperto Santa Cruz (1838-1906), pionero y maestro de la flauta en nuestro país durante el siglo XIX.
Su tesis, calificada Sobresaliente Cum Laude, instala a Ruperto Santa Cruz como el flautista, compositor, profesor, publicista y articulista más destacado entre 1856 y 1891 en el Chile entre Manuel Montt y Balmaceda. Fue una figura sobresaliente e interesante del devenir musical chileno de esa centuria y de la cual muy poco se sabía. En el trabajo de Ramírez se aprecian la recepción de las actuaciones de Santa Cruz por Chile, de la mano de una flauta ya afianzada en el sistema Boehm, con un repertorio, primordialmente conformado por la paráfrasis belcantista italiana.
El Santa Cruz develado por Pablo Ramírez se puede respirar en las ediciones musicales, artículos y publicaciones del pionero flautista nacional. Dicha herencia está en el Álbum Musical Patriótico, periódico musical-literario editado por Santa Cruz entre 1880 y 1891 y del cual se publicaron veinte números. Otra divulgación del incansable flautista del siglo XIX se encuentra en Ecos Melódicos Americanos, Publicación Periódica de Cantos, Bailes Populares e Himnos Nacionales Americanos, de 1890 de tres entregas.
Sabemos ahora de Ruperto Santa Cruz, gracias al flautista Pablo Ramírez, como hijo de ese siglo en el cual Europa fue conformando un culto al pasado, mientras la interpretación instrumental lograba su identidad como una nueva estirpe. Las composiciones y publicaciones, prolíficas en la exaltación del espíritu de la república de Santa Cruz, se enlazan con esa centuria donde el nacionalismo fue una búsqueda estética.
El concierto de Pablo Ramírez con el maestro Claudi Arimany este 30 de mayo en Barcelona es el importante diálogo de dos intérpretes del presente, de un mundo absorto en el Déjà Vu de similar momento del siglo XX. Hace 100 años la fiebre española se llevaba más almas que la Primera Guerra Mundial y los ideales victorianos eran sepultados.
Hablamos de un dúo chileno-catalán de flautas en una extraña era neomedieval de alta iconografía y personalización en masa, de fuertes disputas entre religiones, trasnacionales absolutistas, Estados jibarizados y parlamentarismos crispados, donde el neoliberalismo ha triunfado sobre el trabajo, en tanto Europa resiste mediante su proyecto unitario.
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