Hijos de su madre

Sergio Canals
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No soy crítico, pero hacía mucho tiempo que yo y mi esposa no nos reíamos tanto en una obra de Teatro.

Asistimos a una de las primeras funciones de “Hijos de su madre” del Teatro Aparte, en una presentación en el  moderno y cómodo Teatro San Ginés, completamente lleno de personas que disfrutaron ampliamente de ella, obligando a su término a saludar a los actores en varias oportunidades. En más de una ocasión, irrumpieron en aplausos antes de su disruptivo final.

Su director, Rodrigo Bastidas, quien también actúa, logra una comedia negra, muy cómica, irónica, de buen guión y por momentos delirante.

Bajo el pretexto de la reunión de dos hijos y dos hijas frente a su madre anciana recién muerta para resolver todos los trámites del funeral y la distribución de la herencia, critica ferozmente, a veces  en la frontera, muchas realidades y cambios socioculturales actuales en nuestro país y también globales sin respetar fronteras ideológicas.

Elena Muñoz, es “Chabela”, la hermana dañada mentalmente o “la loca”, aguda en sus comentarios, que vive en el antiguo caserón de la familia; Gabriel Prieto es “Pato”, el hermano con plata, exitoso ultra conservador y  muy “facho”, postulante a un cargo en el congreso; Magdalena Max Neef es “la Telele”, la hermana diferente y contracultural, ecológica y radicalmente liberal que vuelve de Canadá a ver a su madre muerta, y Rodrigo Bastidas es “Mito”, el hermano que dice ser escritor, “bueno para nada”,consumidor de marihuana y financiado por Pato, que ha cuidado a la madre y a la Chabela, junto a una enfermera inmigrante de un país centro americano.

El subtexto que la recorre, es el problema de la marginación y la difícil aceptación de los otros, muchas veces de forma hipócrita, en sus diferencias y formas de exclusión. Con textos inteligentes y muy buenas actuaciones, se disfruta de principio a fin.

Creo que en los tiempos de  turbulentos cambios actuales, llenos de transformaciones legítimas que llevan a puritanismos a veces extremos a través de censuras y autocensuras reflejadas en un intento de  de-construir y re-construir el lenguaje, se necesitan visiones inteligentes y críticas que a través del humor, como en esta obra de teatro, nos permitan reflexionar y reírnos a carcajadas de  nosotros mismos. 

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