Un tejido invisible de gestión cultural

 

 Aseguro que nadie que ha estudiado gestión cultural sabe tejer invisiblemente una red, como lo hace la investigadora y escritora Karen Plath Müller Turina, que mantiene vigente a un escritor que murió hace veinte años, como lo demuestra el ranking de la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa) 2015, donde su padre fue uno de los escritores más vendidos, con la colección de siete libros con las obras de Oreste Plath editados por el Fondo de Cultura Económica.

No seré yo quien reste mérito a la obra del folclorólogo Oreste Plath; es más, cuenta con todo mi respeto y admiración, además de conocer sus investigaciones y en más de alguna oportunidad haber citado y comentado sus textos.

Pero hay un trabajo de joyería que hace Karen, el cual es digno de destacar y dar a conocer. Por ejemplo, las más de cincuenta conferencias que da anualmente en forma gratuita en colegios, liceos técnicos, bibliotecas, sedes culturales, centros culturales, ferias del libro, universidades y seminarios, sobre la obra de su padre, actividad que inició en 1997, un año después del fallecimiento de Oreste Plath.

Su preocupación de que los libros se reediten con las actualizaciones que ella misma hace, con la finalidad de que las nuevas ediciones estén totalmente vigentes, es loable.

Una muestra de ello es “El Santiago que se fue. Apuntes de la memoria” de Oreste Plath, donde ella en la mayoría de los capítulos agrega un pie de página con comentarios con tal precisión, detalle y fineza, como el que sigue: “Como dato curioso agregamos que el apellido Santiváñez está inscrito con “v” en la circunscripción Valdivia con el n° 341, del Registro Civil, aunque los diccionarios y los diarios lo escriben como Santibáñez cuando citan su nombre legal. De ahí se explica por qué su seudónimo sería Santiván. Por ese motivo su nombre legal se ha escrito como corresponde”.

Parte del secreto de esta prolijidad está en consultar el Registro Civil de Identificación para confirmar o refrendar datos.Esta fue la manera como Karen Müller descubrió que Pablo Neruda está registrado como tal.

Además de las múltiples entrevistas que da a los medios de comunicación sobre los trabajos de Oreste Plath, se preocupa de que los niños y niñas conozcan su obra. Por ello, cuando se trata de dar permisos para textos escolares o relacionados con el mundo de los estudiantes, ella da inmediatamente la autorización, sin cobrar. “Porque le interesa que los niños y jóvenes, sobre todo los más vulnerables, tengan acceso a la cultura”, ha señalado entre sus conocidos.

En esta misma dirección ha impulsado y promovido un club de lectura familiar en honor a su padre,"Club de lectura familiar OrestePlath". Es una fiesta familiar en torno al libro y lectura de libros de Plath, que se desarrolla los días viernes entre abril y diciembre de 17:00 a 18:00 horas en la Sala Infantil de la Biblioteca de Santiago. Dentro del club hay un espectáculo de hermosas marionetas que son una simulación de Oreste y Karen Plath, que divierten a los asistentes.Esta actividad es realizada por su hija adoptiva, la actriz Eva Passig Droguett.

Me he permitido comentar el trabajo de esta investigadora, escritora y gestora cultural, porque es una forma de relevar y demostrar la importancia de los intangibles y su administración.En este mundo donde tanto nos gustan las cifras y medir con indicadores, nos olvidamos que “lo esencial es invisible para los ojos”,como dice Antoine de Saint-Exupéry a través de El Principito.

Espero que Karen Plath Müller Turina perdone mis infidencias y agradezca que, por ahora, este texto se detenga.

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