Tan solo 500 entradas nos dieron, que se agotaron en minutos, aquellos que no alcanzamos a comprar esa galería, tuvimos que desembolsar $15.000 para poder acompañar al equipo y si bien no llegaron mas allá de 600 personas, fueron suficientes para hacer retumbar en tres ocasiones el "Elías Figueroa Brander" de Valparaíso.
Mucho se habló de los dispares momentos que vivían ambos equipos: Everton peleaba el campeonato y Wanderers luchaba para no descender.
Un verdadero clásico se juega exento de las estadísticas, en la cancha y no en la pantalla como muchos otros "clásicos" de Santiago.
Así fue como el clásico más antiguo de Chile, en su edición 164°, un partido no apto para cardíacos , se quedó con un solo ganador, aquel fanático del espectáculo.
El vibrante encuentro ha generado algunas dudas. ¿Será suficiente para seguir peleando el campeonato?
¿Nos despedimos de la lucha por el título?
¿Demuestra esta remontada la jerarquía del equipo, o fue la inocencia la que nos hizo ir abajo en el marcador casi todo el partido?
La única afirmación que puede hacerse , es que la hinchada nunca faltará, y así como llegó a Valparaíso, estará en cualquier lugar.
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