La última semana ha estado marcada fuertemente por las frases que Mauricio Rojas señala en su libro, donde plantea que el museo de la memoria y los derechos humanos “más que un museo se trata de un montaje”, lo cual gatilla su salida a solo cuatro días de haber sido nombrado ministro de las Culturas por Sebastián Piñera. Lo cual divide al gobierno y obliga a mostrar públicamente las diferencias respecto al tema a los partidos, y en particular la ambigüedad de la presidenta de la UDI Jacqueline Van Rysselberghe en materia de Derechos Humanos.
En radio Agricultura, Van Rysselberghe aseguró que “la UDI defiende los derechos humanos de todas las personas”, pero llama la atención que luego sitúe por delante de esta supuesta defensa de los derechos humanos, la gobernabilidad, la unidad del gobierno ante todo y acuse a Evópoli de sumarse a la crítica de la izquierda debido a la crítica y rechazo de este partido a las frases de Rojas.
Lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿Jacqueline Van Rysselberghe defiende los derechos humanos? Claramente sus posiciones son ambiguas y dejan, no solo un manto de dudas, sino la afirmación clara de que cuando está en juego el preservar el “orden” del gobierno, la presidenta de la UDI se muestra a favor de un silencio cómplice, donde los derechos humanos pasan a segundo plano, en favor de cuidar la unidad ante todo y donde llama a Evópoli a plantear estas críticas en privado.
Es aquí donde podemos desenmascarar a quienes aún son cómplices pasivos de la dictadura, de los cuales Van Rysselberghe forma parte, aquellas personas que al observar día a día y sistemáticamente las violaciones de los derechos humanos en Chile realizadas por la dictadura militar se quedaron en silencio, dejaron que sucediera a la vista de sus ojos, no denunciaron y siguieron con sus vidas normales.
La presidenta de la UDI vivió en un círculo muy cercano a la dictadura, su abuelo, Enrique van Rysselberghe Martínez fue alcalde de Concepción designado por la dictadura hasta 1979, y su padre Enrique Van Rysselberghe Varel se decidió a militar en la UDI y no en RN “porque no quería estar en un partido que se avergonzara de la obra de mi general, si él nos salvó de una guerra civil pues”.
Es entonces donde la salida del ex Ministro Mauricio Rojas nos revela que aún estamos frente a una presidenta de la UDI, que representa fielmente a la derecha cavernaria, deshumanizada y cómplice de la dictadura, quien pone en primer lugar la gobernabilidad y la unidad de su coalición, en vez de la promoción, resguardo y protección de los derechos humanos de todas y todos.
Desde Revolución Democrática y el Frente Amplio, propusimos en materia de derechos humanos, un proyecto de ley que sancione penalmente la apología pública, negación, justificación y trivialización de los crímenes de lesa humanidad, similar a las leyes contra el negacionismo del Holocausto que existen en la Unión Europea, y un proyecto de ley de sitios de Memoria Histórica, con el fin de cuidar, resguardar y promover la educación en derechos humanos en lugares donde precisamente se violaron.
Desde estas propuestas y la mirada de que Memoria es futuro, es que las declaraciones de la dirigenta son inaceptables e incompatibles con los valores de la democracia.
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