Recordar es también exigir justicia

El pasado jueves 18 de julio se conmemoró un nuevo aniversario del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó designar al 3 de junio, como "Día Interamericano contra el Terrorismo", un hecho histórico que nos refleja la importancia de hacerse cargo de este tema en el continente.

El 18 de julio de 1994 fue un punto de inflexión que nos enfrentó con la cara más siniestra del terrorismo internacional y marcó para siempre no sólo a las comunidades judías del mundo, sino también a todo el continente latinoamericano.

Ese día quedó en nuestra memoria, el terrorismo, el odio, la deshumanización llegaba a nuestro continente de manera despiadada contra civiles inocentes. Uno de ellos, el chileno Carlos Avendaño, electricista de AMIA y Susy Kreiman, responsable de la bolsa de trabajo y que mientras vivió en Chile, fue fundadora de diversas iniciativas de acción social.

Aunque han pasado 25 años, el atentado nos hace sentir el mal de cerca, es un imperativo moral recordar y exigir justicia. Es nuestro deber decir basta a quienes en el nombre de la fe esconden sus verdaderas intenciones. Nuestro compromiso es jamás olvidar ni claudicar en la búsqueda de la justicia y la verdad, porque la impunidad es la repetición permanente de un asesinato.

Y es por ello que, continuamos renovando y reiterando el pedido de justicia, por las familias de las víctimas, por la memoria de nuestros hermanos asesinados, por la memoria de la vida de quien no llegó a adulto; Sebastián Barreiros de sólo 5 años, la víctima más joven de ésta masacre despiadada, por la memoria de todas esas vidas y esos sueños que quedaron truncados esa mañana de julio. Exigiremos que los responsables de este atentado sufran las consecuencias de la justicia sobre su acción inhumana. La justicia es la única opción para poder avanzar, porque quien busca justicia, también repara el mundo. 

No podemos dejar de señalar que la lucha contra el terrorismo es sin fronteras. Como hermanos latinoamericanos todos somos responsables de exigir que los Estados no permitan de manera enfática el terrorismo, el odio y la violencia en ninguna de sus formas.

Por eso hoy es nuestro deber levantar la voz, por quienes ya no pueden hacerlo, y pedir que el Estado de Chile declare al grupo Hezbollah como una organización terrorista, lo que permitirá hacerse cargo de este peligro inminente que está en nuestro continente, y que ya se hizo sentir de la manera más cruel dos veces en Argentina.

El financiamiento de ataques terroristas contra instituciones judías es una de las vías que usa Irán para atacar en la diáspora e Israel. De hecho, la revista Forbes informó que Irán entrega 800 millones de dólares anuales a Hezbolá.

Tras 25 años continuar recordando es reconocer que en el pasado fallamos y que hoy no podemos permitir nuevas víctimas.

Aún estamos en deuda, en deuda por permitir que flagelo del terrorismo siga circulando por nuestras fronteras, en deuda por la falta de justicia, en deuda por la muerte oscura del Fiscal Nissman quien, con su asesinato por investigar todos estos hechos, es la víctima 86 de AMIA, en deuda por todos los que hoy deberían estar y no están ya con nosotros. Por esos 85+1 es que hoy recordamos y exigimos justicia.

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