El precio del petróleo conocido antiguamente como el oro negro ha tocado fondo y no por causas normales. Siempre han existido diversos factores que inciden directamente en el precio del crudo, como razones geopolíticas, simples acuerdos de los países miembros OPEP, especulación, temas políticos y otras situaciones de países productores influyentes no miembros de este conglomerado como EE.UU., pero nunca por una pandemia mundial de esta magnitud.
El precio actual del barril de petróleo que se registra como el más bajo en los últimos tiempos, se genera debido a la fuerte contracción en la demanda por el crudo en casi todo el mundo, lo que ha ocasionado un sobre stock generalizado, esto como efecto de la fuerte baja del consumo de combustible ante la parálisis general de las mayores economías por el efecto coronavirus.
Como a la fecha, es impredecible el avance y contención definitiva de esta enfermedad, se prevé que se mantenga un letargo mundial de la productividad y por tanto, el mercado del petróleo se ve poco auspicioso en el corto plazo.
Chile, país importador de petróleo por excelencia, debería reflejar en los precios de los bienes y servicios esta significativa baja, ya que el petróleo afecta transversalmente a todo el proceso productivo del país mediante la disminución de los costos fijos que componen el precio final de los productos y servicios.
El poder adquisitivo de las personas debiera entonces verse mejorado en parte, pero tenemos un freno que lo hará muy lento y evitará que se beneficie rápidamente a las empresas y por supuesto al consumidor, y es el Mecanismo Estabilizador de Precios para el Combustible (MEPCO), un regulador de alzas y bajas usado en Chile desde el año 2014 y que fue creado por ley, especialmente para frenar las constantes alzas que presentaba el crudo a nivel mundial.
Lo cierto es que el MEPCO solo permite una baja o alza de $ 6 semanales y la única forma de cambiar esa realidad, es que se ajusten los actuales parámetros que fija el ministerio de Hacienda a este mecanismo en particular, tal como la modificación que se hizo al sistema hace unas semanas y donde los combustibles tuvieron una baja de $ 25 en promedio.
Se estima que se mantendrá la caída de la demanda internacional del barril de petróleo por la pandemia y efectos colaterales adyacentes por un buen tiempo, lo que es altamente probable, ya que según lo mencionado por la Organización Mundial para la Salud (OMS), el efecto del virus se mantendrá latente por hasta 2 años, aumentando con ello la incertidumbre por lo que el precio del crudo se mantendrá bajo.
Ante este escenario, lo apropiado sería realizar ahora un nuevo ajuste para adaptar a la realidad el precio del combustible de una vez, lo que incidiría en una baja generalizada en los bienes y servicios que usamos o al menos que sirva para amortiguar el efecto alcista del dólar, beneficiando a las personas directamente y no con una baja paulatina mínima que no tendrá un efecto inmediato, esto ayudaría a enfrentar de mejor forma el futuro incierto que nos amenaza en lo económico, con medidas concretas en beneficio de la gente.
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