Camarón que se duerme

No se trata de un asunto coyuntural y menos de privados como ha sido la lamentable postura de las autoridades que han velado por las relaciones internacionales en nuestro país.

La defensa de la Denominación  de Origen del Pisco es una tarea que no se ha tomado en serio como debiera y que nos ha traído a un punto tan crítico como el cierre de nuestro producto a un mercado  amplio como el de India. 

Esta semana el golpe fue doble cuando nos enteramos que una marca debió soportar la censura de la palabra “Pisco” por parte del gobierno peruano al vehículo del piloto Rodrigo “Mamoro” Moreno en el Dakar 2019. Y la respuesta de los productores nacionales fue la que al parecer no quieren entender nuestras autoridades “el pisco chileno tiene la Denominación de Origen más antigua de toda América y segunda a nivel mundial”.

Y claro, el ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú hizo lo suyo al defender sus propios intereses, mientras que en Chile  tomamos palco al respecto, pese a la DO de nuestro pisco, y aguantamos que sea cercado por el agua ardiente del vecino país que hasta en mesas chilenas es promocionado como pisco chileno.

¿Recuerda usted la visita oficial del Presidente Piñera a Palacio Pizarro en 2010? Fue recibido con pisco sour, entendimos la señal... en cambio nuestra máxima autoridad bromea al Presidente Alan García diciendo que el Pisco no es chileno ni peruano sino “del que se lo toma”.

Lo que para algunos no pasa de la anécdota, para quienes hemos estado en este esfuerzo es una muestra de que no entendemos la hegemonía que busca instalar el vecino. Aunque nuestro producto sea mayor en calidad y pureza.

Espero no se entienda como chauvinismo, nada más alejado de aquello. Sino que se trata de que hemos tenido dificultades para imponer el  reconocimiento  de denominación de origen del pisco. Si bien en los acuerdos internacionales firmados lo incluimos siempre como un producto con denominación de origen, últimamente la ofensiva peruana ha sido política más que económica y a nivel mundial. Nos hemos quedado dormidos.

En 2016 impulsamos en el Senado la conformación de una Comisión Jurídica Tripartita integrada por Agricultura, RREE, Economía y la Asociación de Productores Pisqueros para desarrollar una política oficial del Estado en tal sentido. La que claramente no ha sido suficiente.

Las últimas señales son muy fuertes, nos estamos descuidando en la real importancia que tiene el pisco para Chile como producto nacional. Han faltado gestiones entre gobiernos y nos hemos estrellado con la desidia de las distintas Cancillerías que han afirmado que éste no es un tema de relevancia  nacional, sino de los privados. 

El pisco es un producto particular no conocido en el mundo, por eso la promoción  de la marca debe ser trabajada para su consumo masivo. Sin embargo, el país no lo ha hecho y la industria pisquera que en su mayoría es formada por cooperativas no tiene la capacidad al nivel requerido, por ello es fundamental sumar los esfuerzos.

Es urgente el apoyo logístico y jurídico  para que no sigamos teniendo estos  reveses y el pisco sea defendido como corresponde: el patrimonio nacional que es.

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