¿Cómo puede la papa impulsar la economía circular en Chile?

En Chile, la papa no solo es parte de nuestra tradición culinaria, es también uno de los cultivos más importantes para la Agricultura Familiar Campesina (AFC). En la Región de Los Lagos, corazón papero del país, se concentra cerca del 50% de la superficie nacional. Sin embargo, cada año entre 15% y 30% de la producción se descarta por no cumplir con los estándares del mercado. Estamos hablando de entre 100.000 y 150.000 toneladas anuales que terminan sin destino productivo, generando pérdidas económicas, desincentivo para los agricultores y problemas ambientales por descomposición de residuos.

Este fenómeno revela una contradicción estructural: mientras miles de productores ven devaluado su trabajo, toneladas de alimentos potenciales se transforman en desechos. En paralelo, el sector ganadero enfrenta altos costos de alimentación animal, especialmente en predios de pequeña escala. Dos problemáticas distintas, pero que pueden encontrar solución en un mismo enfoque: la economía circular.

La economía circular aplicada a la agroalimentación propone darle un nuevo valor a lo que tradicionalmente se considera "residuo". En este caso, la papa descartada puede transformarse en un insumo estratégico, por ejemplo, como prototipos de alimentos suplementarios para rumiantes. Se trata de cerrar un ciclo virtuoso donde lo que antes se desperdiciaba pasa a ser recurso productivo, reduciendo costos, mejorando la rentabilidad y disminuyendo la huella ambiental.

El impacto no es menor. Hablamos de más de 4.000 agricultores de papa de la AFC en Los Lagos, que hoy enfrentan pérdidas por descarte, y de más de 16.000 ganaderos ovinos y bovinos de engorda que ven presionada su competitividad por los altos precios de la alimentación. Una innovación de este tipo permitiría unir ambos mundos, potenciando encadenamientos territoriales, diversificación productiva y resiliencia agropecuaria.

En tiempos de cambio climático, Chile necesita avanzar hacia sistemas más eficientes y sostenibles. El manejo circular de recursos como la papa de descarte no solo reduce emisiones asociadas a la descomposición de residuos orgánicos, sino que también fortalece la seguridad alimentaria y la soberanía productiva en los territorios.

Convertir el problema del descarte en una oportunidad para la AFC es dar un paso hacia un modelo económico que valore cada recurso, proteja el medio ambiente y dé estabilidad a quienes producen los alimentos que llegan a nuestra mesa. La economía circular no es una moda, es una estrategia imprescindible para enfrentar el futuro de Chile, en un planeta cada vez más presionado por el cambio climático.

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