El brote de COVID-19, no solo ha generado una de las más graves crisis en la historia de la humanidad, sino también, está afectando de manera brutal, la vida de las personas, la cotidianidad, sus fuentes de trabajo, la producción, el comercio y la economía global.
La alta dirección de las empresas y particularmente los directores y gerentes de las compañías, deben liderar desde sus organizaciones, la respuesta a la crisis, debido a su alta capacidad de influencia, sobre la compañía, sobre la comunidad empresarial, sobre los gobiernos y sobre la sociedad entera.
Pacto Global de Naciones Unidas ha llamado a los líderes empresariales del mundo a repensar su forma de hacer negocios y ha señalado su liderazgo como palanca para acelerar cambios positivos.
Se les insta a fijar objetivos empresariales inspirados en los Diez Principios del Pacto Global, porque ello garantiza la atención de los más vulnerables, sin desatender los objetivos del negocio y la Agenda 2030.
A través de un estudio que realizamos, hemos conocido los esfuerzos que están llevando a cabo muchas empresas para combatir no solo la pandemia sanitaria, sino también la pandemia social y económica que nos afecta.
Existe conciencia que para mantener la continuidad de las operaciones se debe garantizar la máxima seguridad a las personas, velar por el bienestar de los colaboradores e incorporar todas las medidas sanitarias en los espacios de trabajo. También se sabe de la importancia de apoyar a cada uno de los proveedores y a toda la cadena de valor.
Sin duda, otra de las preocupaciones que acecha al país es la protección al empleo. Si bien, existen cerca de 100 mil empresas que se han acogido a la Ley de Protección del Empleo, las empresas de Pacto Global, han optado por evitar desvinculaciones, no obstante, muchas de ellas, no han podido comprometerse a que no lo harán.
De hecho, los últimos datos de la OIT sobre el impacto de la pandemia en el mercado laboral, revelan su efecto devastador ya que más de 40 millones de personas podrían quedar desempleadas por la pandemia en América Latina y el Caribe. Mientras en Chile, en el trimestre mayo-julio, se contabilizaban más de un millón de desempleados, la cifra más alta en la última década.
Sin embargo, en medio de esta debacle, al interior de las organizaciones, se ha reforzado el sentimiento de solidaridad y empatía social. Incluso en situaciones en que se ha debido quitar beneficios, esto se acuerda y se toma positivamente ya que se entiende que es por el bien de todos y para poder mantener los empleos.
En definitiva, en medio del peak sanitario del COVID-19, las empresas se encuentran abocadas a resolver los problemas de urgencia e intentando por todos los medios superar la profunda crisis.
Hoy el mundo empresarial está dando la pelea a la adversidad y está delineando sus proyecciones y escenarios, con liderazgo y esperanza.
Así, enfrentamos un desafío histórico de gran magnitud donde superar esta crisis mundial, y esta pandemia sanitaria, social y económica, es y será tarea de todos.
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