Pese a que nuestro país goza de una alta tasa de crecimiento de emprendimientos per cápita, éstos son de tamaño pequeño, por lo que muy pocos logran crecer de forma dinámica. Esto se debe a la falta de innovación, lo que se traduce en poca competencia, frenando el crecimiento económico.
En los últimos años, los distintos gobiernos han enfrentado este problema desarrollando políticas públicas, que ayuden a fomentar la generación de emprendimientos innovadores con alta capacidad de crecimiento.
El éxito de éstas no es tarea fácil, ya que su implementación requiere del soporte de todo un sistema nacional de innovación y un ecosistema de emprendimiento, en el que el rol del sector privado juega un papel clave. Sin su inversión en I+D, es muy difícil que nuestra economía logre desarrollar y posicionar empresas innovadoras.
En general, si analizamos el impacto de estas políticas, la evidencia revela que existen resultados mixtos.
Revisemos el caso de tres reconocidos programas de Capital Semilla: el de Corfo, Sercotec y Fosis. Estos surgieron con el objetivo de apoyar el despegue y puesta en marcha de nuevos emprendimientos por oportunidad y necesidad.
¿Cuál es la diferencia entre ambos tipos de emprendimientos? El primero, que tiene una subclasificación de dinámico o de alto impacto, se relaciona con emprendedores que tomaron una ventaja del mercado. La innovación es el principal motor. Los emprendimientos por necesidad, que tiene una subclasificación por estilo de vida, en cambio, se asocian a países en vías de desarrollo y en situación de pobreza, pues no contribuyen significativamente al crecimiento económico.
Teniendo claro estos conceptos, podemos decir que, desde sus orígenes, el programa de Capital Semilla de Corfo ha buscado apoyar emprendimientos dinámicos; el de Sercotec, emprendimientos pos estilo de vida y el de Fosis, emprendimientos por necesidad.
¿Cómo ha sido su evaluación en el tiempo? Debemos considerar que para analizar los efectos de un determinado programa, se requiere revisar los resultados de al menos cinco o seis años desde su puesta en marcha.
En el programa de Corfo, las empresas estudiadas si bien lograron generar ventas sostenidas, lo que tendría un efecto positivo al apoyar la generación de nuevas empresas, tanto en volumen de ventas como el nivel de empleo generado, presentan bajas cifras de crecimiento. Además, los beneficiados no logran convertirse en empresas atractivas para el sector privado y el programa no logra escalabilidad en el financiamiento de las empresas tratadas.
En el caso del programa de Sercotec, los resultados son mixtos. Por un lado, el impacto en las ventas ha sido positivo; sin embargo, el análisis revela que no se cumplen los objetivos del programa. Que un emprendimiento haya surgido de el, no tiene incidencia en conseguir financiamiento posterior para hacer crecer el negocio.
En el caso de Fosis, es el único que cumple con su objetivo inicial, que es apoyar emprendimientos por necesidad.
Existen factores que inciden en el desempeño de estos programas, como los cambios de gobierno o la dirección a la que apuntan las agencias de desarrollo económico, lo que se traduce en cambios en los focos de acción, no permitiendo ver la maduración de cada programa y evaluar el impacto real de ellos.
Considero que es de suma importancia realizar evaluaciones de impacto de las políticas públicas en este ámbito.
Ello permite analizar si éstas funcionan o no, y si se está fomentando el desarrollo de emprendimientos que aportan a nuestra economía o se está poniendo el acento en programas de apoyo social, que tienen bajas o nulas expectativas de crecimiento.
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