Los meteoritos no existen y tú 6% tampoco

En el mes de diciembre, el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) detectó un asteroide que denominaron 2024 YR4, cuya órbita hasta mediados de febrero se estimó que tenía una probabilidad de un 2,8 % de interceptar la órbita de nuestro planeta al 2032 (1). Ni el primero que ha impactado, ni el último que podría impactar, por cierto. 2024 YR4, con un diámetro de entre 40 a 100 metros, es una bicoca respecto a los más de 10 km del Chicxulub que causó la extinción de los dinosaurios (2). Sin llevar a un evento de extinción masiva, 2024 YR4, podría generar una destrucción de más de 2000 km2, como lo que ocasionó el bólido de Tunguska en 1908 (3) y por cierto afectando a parte de la humanidad, como ha sido modelado para meteoroides similares en territorio español (4).

Afortunadamente, gracias a la astronomía y el desarrollo de la carrera espacial en la guerra fría, la humanidad posee hoy mecanismos activos de detección, llegando a detectar y descartar posibles peligros como el asteroide Apofis (5): Además de la detección, existen en la actualidad iniciativas globales de defensa planetaria, como la Prueba de redirección de asteroides doble (DART) de la NASA y el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la ESA. Hipotéticamente, estaríamos en buen pie para modificar la órbita de un objeto que nos pueda impactar en un futuro, ya que a la fecha se han interceptado objetos en órbita como lo realizado en el año 2005 y que permitió estudiar a la composición del cometa Tempel 1 (6), y que se demostró que un pequeño impacto en un objeto orbitando, genera modificaciones orbitales mayores, como los resultados obtenidos en el 2022 con la misión realizada sobre el asteroide Dimorphos (7). Pese lo anterior, esto debe ser demostrado y más aún, probado en objetos estelares mayores.

La ficción nos tiene acostumbrados a creer que la humanidad siempre se une por el bien común como se muestra en "Armagedón", "Impacto Profundo" e incluso en "No mires arriba". En "impacto profundo", la humanidad es empática y solidaria, y gracias a los avances científico-tecnológicos y cooperación internacional, desarrollan una estrategia de defensa para modificar la órbita de un meteorito gigante y para así evitar su impacto contra la tierra. Un paraíso de la socialización y el bien común. También Hollywood ha sido más realista, como se muestra en "No mires arriba". En esta última, Estados Unidos es gobernado por una lunática, déspota, nepotista e individualista, cuyo principal asesor es un empresario tecnológico multimillonario, cuyo fin es generar una caída controlada del meteorito para usufructuar de los recursos metálicos contenidos en este. Algo poco probable a parecerse a la realidad (nótese la ironía). El comportamiento de la población también en ambos films es diferente, en el primero la población es madura y existen medios de comunicación independientes, en el segundo, la población mundial es inmadura y es desinformada gracias a los medios masivos de comunicación y redes sociales. Tanto es el impacto de la desinformación, que parte de la población se vuelve negacionistas de la existencia del meteorito.

En "No mires arriba" nuestro país sale a la palestra, dado que el impacto de la caída de los fragmentos del meteorito ocurriría frente a nuestras cosas produciendo un tsunami o "mareopoto" (como dijo el santo), se habría realizado una compensación económica al gobierno de Chile. Si bien es la única vez que se menciona a Chile, si se hacen algunos ajustes al guion de "No mires arriba", este encajaría perfectamente para explicar nuestra "reforma de pensiones". Si en vez de meteorito decimos 6%, el guion queda idéntico. Tal como en el film, pasamos de tratar de cambiar el sistema o desviar el meteorito, a aceptar que el meteorito pueda impactar la tierra o traspasarlo completamente a quienes generan pensiones de miseria, lo cual como es potencialmente un causador de desastres o estallidos. Tal como en "No mires arriba", esto ocurre con el beneplácito del presidente y la clase política, quienes celebraron el hito.

Al día de hoy, la posibilidad de impacto de 2024 YR4 es casi 0, muy diferente al 60% de probabilidades de un terremoto en esta franja el próximo año (8) y al menos real, no como el 6% del cuento del tío que ayudará a capitalizar tu jubilación a largo plazo (9). Veamos que nos depara el 2032, ya que con, o sin el meteorito la realidad puede superar la ficción, con un neo fascismo en aumento, parte de una población altamente desinformada por las redes sociales, y peor aún, orgullosa de eso (10). Probablemente al 2023 habrá muchos quienes nieguen la existencia de los meteoritos, de la misma clase que pregona que la NASA miente porque nunca la humanidad llego a la Luna, personajes que argumentan que la tierra es plana y probablemente crean hasta que la luna es de queso.

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