¡Todo en el último minuto! ¿Cómo es posible que a pocas semanas de dejar el gobierno, las actuales autoridades promueven cambios sin dar mayor tiempo para explicar a los expertos sobre las consecuencias?
Es impresentable que un proyecto de ley, mal conceptualizado, emane del Ministerio de Hacienda, que además de no poseer conocimiento del sector, se atreva a hacer cambios e intervenir un Código de Minería a última hora. El actual Código de Minería funciona bien y ha logrado desarrollar y hacer crecer a nuestra minería y al país durante más de 30 años. Ha logrado posicionarla como el primer productor de cobre del mundo, y en 25 años más de 3 millones de personas dejaron de ser pobres gracias en parte a la minería, en donde para su concepción se consultó a los mejores y connotados expertos y juristas del sector. ¿Y ahora sin previo aviso se interviene para mal?
Así es, la semana pasada la comisión de Hacienda del Senado aprobó el aumento en el pago de patentes mineras, con el objetivo de recaudar recursos fiscales para financiar la Pensión Garantizada Universal (PGU).
¡Una vez más la minería es la vaca lechera! Según explicó el ministro de Hacienda, la idea es aumentar el plazo de duración de la patente de exploración a cuatro años, "pero eliminando la posibilidad de renovación. Adicionalmente, se aumentaría el monto de la patente, de 1/50 UTM por hectárea, a 3/50 UTM por hectárea. Con respecto a la patente de explotación, se mantiene la duración indefinida. El valor de las patentes ya otorgadas se mantiene sólo para aquellas patentes que demuestren trabajo, pero se aumenta el valor de la patente no metálica al nivel de la metálica (1/10 UTM)".
Todos los involucrados en el sector hemos indicado y explicado que Chile requiere incentivos para generar nuevos proyectos para mantener la productividad y competitividad ante las exigencias del mundo actual de mineras como el cobre y el litio, pero al parecer los canales de comunicación no funcionan o no llegan a nuestras autoridades, peor aún sordos, mudos y ciegos. Hace rato que el mundo político comenzó a jugar con la minería, con lo que no sólo pierde el país, sino también una pésima imagen internacional y atenta directamente con el riesgo país.
Cada vez que se implementan nuevas normas, esta vez modificando el Código de Minería, y una vez más para financiar actividades ajenas a la minería, es a ésta a la que se le hinca el diente. ¿Por qué? ¿No se dan cuenta que el sector más afectado serán los pequeños mineros? Aquellos para quienes el Estado tiene una empresa de fomento, Enami. Así es, en la medida que los pequeños productores levanten nuevas minas, el país se enriquece e incluso, en varios casos de ellos han surgido grandes yacimientos.
Intervenir el Código de Minería de manera exprés, sin el análisis pertinente, ni consultar a expertos ni a las instituciones, es al menos irracional e irresponsable y le hace mal a la minería y al país.
Pero esto no es todo el ataque que está sufriendo nuestra minería. La reforma al Código de Aguas, que quedó en condiciones de ser ley, modificó el artículo 56, relacionado con las obligaciones y condiciones al concesionario minero para la extracción de aguas durante las faenas.
Según se ha informado, esta ley incorpora una causal de extensión al uso y goce de estas aguas por el cierre de la faena minera, por la caducidad o extinción de la concesión minera, porque dejen de ser necesarias para esa faena o porque se destinen a un uso distinto y otorga la facultad de limitar los derechos si su uso y goce ponen en peligro la sustentabilidad de los acuíferos o los derechos de terceros.
Otro aspecto de esta norma es la obligación de informar las aguas, indicando su ubicación y volumen por unidad de tiempo y las actividades que justifican dicha necesidad, le es exigible no sólo a quienes exploten o exploren sustancias minerales en el futuro, sino que también a los concesionarios mineros que actualmente usan aguas halladas con anterioridad a la reforma.
Como han de saber, sin agua no se puede hacer minería. Pero no se toma en cuenta que el sector, ha hecho grandes inversiones para dejar de usar agua continental y reemplazarla por agua de mar o desalada e incluso la reutilizan. Sin embargo, cuando se explora o comienza una operación es necesario contar con el recurso hídrico in situ.
A todas luces nada de esto apoya la gestión minera. Como Cámara Minera de Chile siempre hemos indicado que toda actividad y, especialmente la minera, debe operar con total respeto al medio ambiente, dando dignidad a las comunidades, a las personas y a la naturaleza. Pero si día a día las restricciones aumentan, en un país con una minería que no aumenta su producción, el futuro no se ve muy promisorio.
Hacemos un llamado a las autoridades, a las asociaciones mineras, al mundo político y a las instituciones que tienen el deber de cuidar y apoyar la pequeña minería, a defender nuestra minería por todos estos ataques irracionales de última hora que solo quieren destruir la industria que está asociada a la historia de Chile de más de 200 años. En este partido, con estos proyectos de ley todos perdemos.
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