La minería chilena durante más de 200 años ha demostrado ser eficiente, comprometida con los sistemas productivos y la sostenibilidad económica, entregando no solo divisas para el país, sino también desarrollo socioeconómico para la nación entera. La minería es esencial, sostenible, comprometida con la sociedad y el medioambiente. Pero las malas noticias llegan, Chile cae 25 puestos en el ranking Fraser de competitividad como distrito atractivo para invertir, lo peor es que estamos en una inercia sistemática.
Tuvo que venir una terrible pandemia, tuvo que existir una guerra entre Rusia y Ucrania, como también la guerra económica entre EE.UU. con China, para darnos cuenta que las materias primas y la minería no solo son importantes jugando un papel crítico en el abastecimiento de las llamadas materias primas estratégicas, sino para todos los países del mundo. Gracias a la minería, muchos países no solo no cayeron en insolvencia económica como Chile, sino que nunca paralizaron su industria minera, como sí lo hicieron otros sectores productivos del país.
Con la dependencia de China con las materias primas, la escasez de las materias primas llamadas estratégicas para combatir el cambio climático, aprendimos que debemos evitar esta dependencia de manera urgente, para no caer en conflictos geopolíticos y desarrollar en debida forma la transición energética y combatir el cambio climático.
¡Pero lo anecdótico es que Chile es el único país que no aprendió nada de estos cambios! No solo no aprendió nada, sino que va en el camino contrario por las siguientes razones:
Pero si el mundo necesita urgente más cobre y litio, materias primas estratégicas yo me pregunto: ¿ésta es la forma de fomentar la mayor producción y mayor inversión para generar más divisas para el país?
Claramente no lo es, por eso hago un llamado a la autoridad de hacienda que reflexione, que les consulte a los expertos antes de dañar de manera irreparable a nuestra industria minera siempre ganadora; de no hacerlo se pasará a la historia por generar desconfianza y parar a la minería para siempre.
Como conclusión podemos decir que la pandemia confirmó lo importante de la minería en el desarrollo industrial y socio económico de cada país. Países que no eran mineros ahora lo son y se han dedicado a la búsqueda de esas materias primas en Europa y en todo el mundo, ¿pero que hace Chile al respecto? ¿Alguna nueva política pública?
Recomiendo e insisto que, el mejor modelo de royalty es aplicar solo a la rentabilidad operacional, buscando el punto de equilibrio que permita entre maximizar la recaudación fiscal para el Estado y le dé una rentabilidad justa al privado, sin sacrificar inversión y aporte para el Estado, siguiendo el camino browniano del precio del cobre mediante horizonte cíclico basado en el factor de agotamiento o depletion.
La minería está en la encrucijada de su destrucción creativa y para ello debemos estar alerta y defenderla sumando valores para una nueva sociedad. Con la minería debemos devolverle al planeta la dignidad y la vida que nos da.
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