Buscamos entendimiento durante todas las jornadas de trabajo en la Comisión Especial Mixta de Presupuesto, y por esta misma razón fue que rechazamos partidas como las de los ministerios de Interior, Educación, Tesoro Público, Cultura, Economía y Obras Públicas, entre otras.
Más que un reclamo, es una demanda ante el brusco recorte del gasto fiscal 2022. Sí, acá debe haber un punto de inflexión, el que falta para avanzar en mejorar la propuesta del Ejecutivo que claramente no ha sido satisfactoria hasta el despacho del texto que sigue su tramitación. Ni para hoy, ni para el gobierno que viene.
La advertida y evidente ausencia de recursos para enfrentar urgencias como el déficit habitacional, atención médica rezagada, impulsar el desarrollo cultural y autonomía de los gobiernos regionales, son ejemplo de lo inaceptable. Así como la intransigencia de Hacienda para entender que este Presupuesto lo ejecutará una nueva administración.
La repercusión de lo que logremos mejorar, financiaría políticas públicas como, por ejemplo, proyectos o programas de riego con subsidios que se entregan a la familia campesina y ahí me quiero detener, porque la postura de La Moneda tanto en partidas para Agricultura y gobiernos regionales es de una miopía preocupante.
La propuesta del Gobierno es cubrir necesidades permanentes, como la escasez hídrica en mi región, con fondos de contingencia. Mismo criterio en el caso de reparación por violaciones a los Derechos Humanos durante el llamado estallido social, donde se confunde recuperación ante daño ocular, con una pensión reparatoria, que debe asumir el Estado como agente agresor.
En el espíritu de esta norma debe prevalecer el valor del bien común, donde la excusa del "apriete de cinturón" o pertenecer a tal signo político no puede marcar la prioridad o dirigir la discusión.
Usted sabe que hemos advertido situaciones tan preocupantes como la de los injustificables recortes en materia de Educación Pública, Cultura, Corfo y nada se hizo al respecto. Nos hemos encontrado con compromisos no cumplidos como lo necesario para implementar la modernización de la Oficina Nacional de Emergencia, que implica entregarle más facultades a la Onemi y, sin embargo, vemos que no están los recursos.
Para seguir avanzando es menester que el Gobierno tome la iniciativa y se pronuncie en tono propositivo. Cómo se distribuye y focalizan mejor los recursos del país, eso es lo que nos convoca. Sintonicemos con ello para real avance.
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