8M desde una universidad pública: ¡Ni un paso atrás!

Elisa Araya Cortez

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En una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer debemos reflexionar respecto de cómo nuestros logros y avances no están consolidados y no están todavía totalmente garantizados. Queda mucho por hacer para seguir avanzando en igualdad de género, tanto en derechos sociales, el mundo laboral, los espacios académicos, la investigación o en puestos de liderazgo. Verlo de ese modo nos permite entender en qué estamos hoy

En materia de investigación, las mujeres no están participando en igualdad de condiciones que los hombres. De acuerdo al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, el porcentaje de mujeres que se matricula en carreras de pregrado a nivel nacional alcanza el 54%, sin embargo, solo 34% de mujeres logran desarrollar carreras de investigación y se han insertado exitosamente con jornadas laborales para investigación en universidades. Se debe lograr que las investigadoras tengan las mismas oportunidades que los investigadores, tanto en la postulación de fondos, en los tiempos destinados para el desarrollo de sus investigaciones y en la publicación de dichos resultados.

Es importante destacar lo que se está realizando desde las universidades estatales, agrupadas en el CUECH, que reforzarán el trabajo de incorporación de la perspectiva de género en los planes curriculares. Además, trabajarán en el desarrollo de la igualdad y equidad de género, que está establecido como uno de los criterios de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).

Como universidad estatal estamos siendo parte de ese esfuerzo para la institucionalización de la perspectiva de género en la gestión y también en la formación e investigación, junto con la erradicación de violencia de género y fomento de la corresponsabilidad social de los cuidados. Esto es posible a través de la implementación de planes de acción de una política de género, para que este sea un espacio libre de violencia género, donde se aborden las brechas y desigualdades detectadas y se consoliden esos derechos que tanto nos han costado lograr.

En este nuevo 8M no tenemos que retroceder, las mujeres de cada generación tenemos nuevas batallas. Sabemos de los retrocesos en la región y en el mundo, con la presencia de movimientos antiderechos que niegan la necesidad de seguir avanzando en la autonomía económica, física y en la toma de decisiones de las mujeres. Por eso, hoy más que nunca, con mis compañeras, estudiantes, profesoras y funcionarias tenemos que decir: ¡Ni un paso atrás!