Ausentismo escolar, un problema que debe preocuparnos como sociedad

Marcela Romero Jeldres

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El ausentismo escolar se puede definir como la falta de asistencia justificada o no de las y los estudiantes a los centros educativos. Ello es un problema que ha estado afectando a nuestro país durante años y que se agudizó en pandemia.

Las cifras entregadas por el Mineduc dan cuenta que al menos 1.239.330 estudiantes presentaron una inasistencia "grave", esto es, menor al 85% entre marzo y septiembre de 2022 (Ausentismo crónico). El mayor ausentismo antes de la pandemia se observó en la enseñanza básica, muy duplicado el dato por estos días. Le sigue la educación parvularia, con un incremento de 87%, y luego la educación media, con un alza de 83%. Lo más preocupante es que del total de los estudiantes matriculados durante 2021, 50.529 dejaron de matricularse en 2022, aumentando en 24% la deserción escolar respecto del año 2019.

Es importante como país que nos demos cuenta de que el ausentismo escolar no solo afecta a las y los estudiantes, sino que también tiene un impacto negativo en nuestra sociedad en general. Las y los estudiantes que faltan a la escuela tienen más probabilidades de tener problemas sociales y de comportamiento, como el consumo de drogas y el delito infanto-juvenil. Además, el ausentismo escolar también afecta a la economía del país, ya que reduce las posibilidades de éxito de las y los estudiantes y disminuye su potencial contribución a la sociedad.

Ahora bien, es fundamental atender que la complejidad que presentan el ausentismo y finalmente la deserción escolar no es de solución fácil. Hay muchos factores que contribuyen al ausentismo escolar, desde la pobreza y la falta de recursos en algunas familias hasta la falta de motivación de los estudiantes y la falta de apoyo y compromiso por parte de los padres y apoderados.

Por ello es fundamental que las autoridades, las escuelas y liceos y los padres y apoderados trabajemos juntos para abordar este problema. Las políticas y programas gubernamentales deben estar diseñados para apoyar a las familias que enfrentan dificultades económicas y sociales, y deben fomentar la inclusión y la igualdad de oportunidades para el estudiantado en general. Las escuelas, por su parte, deben ofrecer un ambiente de aprendizaje seguro y atractivo, que motive a los estudiantes y les brinde las herramientas necesarias para su futuro.

No obstante lo anterior, los padres y apoderados tienen un papel crucial en el abordaje del ausentismo escolar. En Chile la educación parvularia, básica y media son obligatorias. La Ley de Educación establece que los padres y apoderados tienen la responsabilidad de garantizar que sus hijos e hijas asistan regularmente a la escuela y que cumplan con sus obligaciones escolares. Si un/a estudiante falta a la escuela sin justificación, se notifica a los padres o apoderados, quienes deben justificar la inasistencia y tomar medidas para garantizar que el/la estudiante vuelva a la escuela. En caso de que los padres o apoderados no tomen medidas para garantizar la asistencia a la escuela o liceo, pueden ser sancionados por las autoridades educativas.

Es importante destacar que, en muchos casos, las sanciones a los padres o apoderados se aplican en última instancia y se espera que las autoridades educativas trabajen junto con las familias para abordar cualquier problema que pueda estar afectando la asistencia escolar, pero hay una responsabilidad superior en padres y apoderados para controlar el ausentismo desde los marcos legales.

Por eso es por lo que como sociedad debemos estar comprometidos apoyando la asistencia regular. Ello requiere de un compromiso y esfuerzo colectivo para abordarlo. El ausentismo escolar es un problema que nos afecta a todas y todos y debemos trabajar en conjunto para asegurar que las y los estudiantes tengan la oportunidad de recibir una educación de calidad y que puedan alcanzar su máximo potencial en la vida

Si vemos niñas, niños y adolescentes en la calle, en el horario escolar, animémoslos a volver a la escuela. Eso también es educar. Les demuestra que sus vidas nos importan.