¿Estamos preparados?

Los colegios chilenos reciben cada año un mayor número de estudiantes extranjeros. En la actualidad, la realidad que enfrentan las salas de clases es que de cada 10 alumnos 3 provienen de un país extranjero.

Por lo tanto, no sólo la inclusión socioeconómica está en juego, sino también la  cultural, que se convierte en un desafío para los docentes, quienes se ven obligados a adaptar los estilos de enseñanza a la que están acostumbrados e intentar aplicar estrategias en el aula para lograr integrar a todos sus alumnos. 

Pero… ¿cuentan realmente con las herramientas necesarias? En nuestros recorridos por distintas escuelas en las comunas de Santiago y en regiones, hemos tenido la posibilidad de abordar este tema con los docentes.

La pregunta que se repite es precisamente cómo enseñar a estudiantes tan distintos dentro de la misma sala de clases y, más aún, existe la inquietud de si realmente están aprendiendo, teniendo en cuenta que provienen de experiencias educativas tan distintas.  

Por ello, los procesos de adecuación curricular y atención diferenciada en aula se hacen cada vez más urgentes, como también hacer una revisión profunda a los instrumentos de evaluación que debe considerar la variable de la diversidad. Es decir, no se puede aplicar una sola forma de enseñar y evaluar, dado el componente de inclusión y diversidad que hoy se vive cotidianamente en las escuelas chilenas. 

Los docentes se ven desafiados y angustiados para responder a esta "nueva cuestión social” y se enfrentan a una escuela inclusiva y además multicultural para la cual no fueron preparados en sus instituciones educacionales y de la cual el gobierno, hasta ahora, no se ha pronunciado claramente.

Según fuentes del ministerio de Educación, el año pasado el número de alumnos de establecimientos públicos descendió en 1.138, contrarrestando la brusca caída de 17.240 estudiantes registrada entre 2015 y 2016, resultado del ingreso de inmigrantes al país, según reconoció el mismo Mineduc. 

En efecto, la matrícula en colegios municipales ha crecido. Solo en la comuna de Santiago, en los últimos cuatro años la cantidad de estudiantes extranjeros ha aumentado en un 72% y actualmente representan a un 16% del total de los alumnos. 

Las cifras reflejan también que Venezuela lidera el número de estudiantes extranjeros que asisten a la educación pública, con un incremento de 511% entre 2016 y 2017 (3.635 estudiantes más). Le sigue Haití, con un 240% (2.205 estudiantes nuevos) y Ecuador con 70% (470 estudiantes más). 

Como comunidad escolar ¿estamos preparados para acoger a los niños y jóvenes extranjeros y entregarles oportunidades de aprendizaje efectivo? Sin docentes que se sientan preparados, con las herramientas adecuadas y la confianza de enfrentar salas multiculturales, es difícil que logren transmitir adecuadamente esa confianza para adquirir nuevos conocimientos a sus alumnos. 

No nos olvidemos de las familias, que son parte fundamental de la comunidad escolar. ¿Cómo incorpora la escuela a esas nuevas familias que vienen a buscar mayores oportunidades para sus niños y jóvenes? No es tarea fácil, y la educación pública allí también requiere de mucho apoyo, con decisiones de políticas educativas urgentes para enfrentar este verdadero reto.   

Ahí está el desafío.

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