En la era digital, el bullying ha adquirido nuevas formas y dimensiones, y los padres se encuentran ante el desafío de comprender y abordar este fenómeno de manera efectiva. Según datos recopilados por diversas instituciones educativas y especialistas en psicología infantil, el bullying afecta a un alto porcentaje de niños en edad escolar, con cifras alarmantes que señalan que cuatro de cada 10 escolares en Chile -40% del total- sienten que son discriminados en el colegio y víctimas de este tipo de acoso. Ante esta realidad surge la pregunta inevitable: ¿Qué hacer si es mi hijo el que hace bullying?
Es fundamental comenzar reconociendo que el bullying no es un problema aislado de las escuelas, sino que también puede manifestarse en el entorno digital. La tecnología ha ampliado las fronteras del acoso, permitiendo que este se produzca a través de las redes sociales, mensajes de texto y otras plataformas en línea. Esto significa que los padres deben prestar especial atención a la actividad en línea de sus hijos y establecer reglas claras sobre el uso responsable de la tecnología.
La primera acción que recomiendo a los padres es educarse sobre el tema. Es crucial comprender qué es el bullying, cómo se manifiesta y cuáles son sus implicaciones tanto para los agresores como para las víctimas. Es decir entender que el bullying se identifica por la intencionalidad en el actuar de los niños, las agresiones repetidas en el tiempo y el claro desequilibrio de poder entre el victimario y la víctima. Pero con la sutil distinción que el victimario que solemos identificar es también víctima, pues en muchos casos viene arrastrando problemas familiares, falta de autoestima y busca también ser visto, visibilizado y aceptado.
En segundo lugar, es fundamental establecer una comunicación abierta y honesta con los hijos. Los padres deben crear un ambiente en el que los niños se sientan seguros y cómodos compartiendo sus experiencias y preocupaciones, pues los niños que muestran comportamientos de bullying habitualmente tienen problemas en sus relaciones familiares y sienten que no reciben la atención que merecen, lo que puede desencadenar sentimientos de frustración y tristeza que se manifiestan a través de la agresión hacia sus pares.
Además, los padres deben enseñar a sus hijos habilidades sociales y emocionales que les permitan enfrentar situaciones de conflicto de manera constructiva. Esto incluye enseñarles a expresar sus emociones de forma adecuada, resolver problemas de manera pacífica y respetuosa, y desarrollar empatía hacia los demás. Es importante que los niños entiendan que el respeto y la tolerancia son valores fundamentales en cualquier tipo de interacción social, ya sea en el ámbito escolar o en línea.
En el caso de que un hijo esté involucrado en comportamientos de bullying, es importante abordar la situación de manera proactiva y empática. Esto puede implicar buscar la ayuda de profesionales, como psicólogos o a través el encargado de convivencia escolar, para trabajar en conjunto en la resolución del problema y brindar el apoyo necesario tanto al hijo agresor como a la víctima.
Es por esta razón que si un padre o madre no tienen la capacidad de modelar la conducta de sus hijos, lo mejor es recurrir a la terapia sicológica, ya que el problema no es solo del niño, sino que también está relacionado con las dinámicas familiares y la forma en que se establecen los límites y las normas en el hogar.
En última instancia, es fundamental que los padres actúen como modelos a seguir para sus hijos. Esto implica fomentar valores como el respeto, la tolerancia y la inclusión en el hogar, y demostrar un comportamiento positivo y respetuoso en todas las interacciones sociales.
Quizás suene repetido, pero los padres deben preguntar constantemente sobre las habilidades morales y democráticas de sus hijos, y estar dispuestos a hacer una autocrítica constructiva sobre su propio rol como padres. No olvidemos que los padres son entes modeladores, los hijos nos ven y desde ahí aprenden, los discursos no son suficientes.
Es por eso que abordar el bullying no es tarea fácil, pero con educación, comunicación y apoyo adecuados, los padres pueden desempeñar un papel crucial en la prevención y mitigación de este problema en la vida de sus hijos. Es hora de tomar medidas concretas y trabajar juntos como comunidad para crear un entorno escolar y digital seguro y respetuoso para todos los niños.
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