Los patios como escenarios excepcionales para el aprendizaje de niñas y niños

Alena Collado

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El aumento del uso de los espacios al aire libre fue una de las estrategias para fomentar la vuelta a la presencialidad en jardines infantiles, en el marco de la pandemia. Sin embargo, los patios son mucho más que espacios más seguros en el contexto del Covid-19, son escenarios excepcionales para el aprendizaje significativo de niñas y niños. La inversión pública en primera infancia debe ir de la mano de una infraestructura al aire libre que garantice el derecho a una educación de calidad.

La pandemia relevó la importancia de la presencialidad en los centros educativos, al ser espacios con condiciones potenciadoras del aprendizaje y el desarrollo de niñas y niños. Esto fue especialmente evidente en el caso de la educación parvularia, debido a la complejidad de generar procesos de educación a distancia para niños y niñas de 0 a 6 años. Un estudio acerca de los efectos de la falta de presencialidad en niñas y niños en edad preescolar en Chile, del Centro UC Encuestas y Estudios Longitudinales (2021), mostró el empeoramiento de resultados en desarrollo general y lenguaje al comparar datos de 2020 con datos de años anteriores.

En ese contexto, aumentar las actividades fuera del aula en jardines infantiles fue parte de la estrategia para avanzar hacia la reapertura de los centros educativos. Sin embargo, tal como destaca la Subsecretaría de Educación Parvularia (2022), "realizar la mayor cantidad de experiencias posibles al aire libre es muy relevante, no solo por la prevención de Covid-19, sino porque niños y niñas necesitan espacios de comunicación, expresión, exploración, juego, relación con otros pares y personas adultas, así como el movimiento para potenciar su aprendizaje y desarrollo socioemocional".

La educación al aire libre defiende un aprendizaje basado en el descubrimiento y la experiencia directa, usando el entorno como fuente de estímulos en el marco de todos los sentidos. Así, niñas y niños se convierten en protagonistas de un aprendizaje activo sobre sí mismos, sobre los demás y sobre el entorno, en el marco del cual aprenden haciendo y experimentando.

Este enfoque educativo tiene múltiples beneficios, entre los cuales destacan la mejora en las habilidades cognitivas, sociales y motoras de niños y niñas. Desde las propias comunidades educativas de jardines infantiles Junji de la Región Metropolitana, en el marco de la habilitación de sus espacios al aire libre en un proyecto impulsado por Unicef y Fundación Mi Parque, se destaca que los patios, estando correctamente habilitados, fomentan la creatividad e imaginación de niños y niñas, su autonomía y posibilidad de escoger según sus propios intereses, el conocimiento y cuidado de la naturaleza, el movimiento y la motricidad, el respeto y la convivencia, entre otros. Además, pasar de un patio lleno de cemento, sin vegetación, sin sombra, a uno que se crea a partir de las necesidades de la comunidad educativa, es una transformación física del establecimiento, pero también un estímulo profesional y emocional para el equipo educativo.

Es por ello que cobra gran importancia la habilitación de espacios pedagógicos y pertinentes al aire libre en jardines infantiles. Algunos elementos relevantes a considerar en el diseño de estos escenarios son el fomento de la libertad de movimiento y la incorporación de desafíos progresivos, por ejemplo, a través de diferentes circuitos. También es esencial generar espacios multifuncionales y flexibles, tanto para que niños y niñas los puedan completar con su imaginación, como para que los equipos educativos los puedan usar para generar experiencias vinculadas a todos los núcleos de aprendizaje. Otro elemento clave es acercar la naturaleza a niños y niñas, incorporando vegetación y materiales nobles, fomentando la exploración a través de todos los sentidos y la conciencia ambiental. Finalmente destacar la importancia de incorporar elementos que aseguren el confort (por ejemplo, toldos y árboles para la sombra) y la seguridad (cuidando las alturas, los materiales, etc.).

Aprovechemos la relevancia y valoración que ha tomado el aire libre durante la pandemia para fomentar el acceso de niñas y niños a mayor diversidad de espacios educativos y estimulantes. Una gran vía para ello es asegurar que todos los jardines infantiles disponen de patios pertinentes que pueden usarse para generar experiencias de aprendizaje integrales y significativas.