En el devenir profesional pedagógico, y en la importancia de conocer a nuestros estudiantes, tenemos que ir tenazmente aprendiendo. Los y las niñas nos ponen en constante prueba, la vorágine de los tiempos y de las transformaciones sociales tan exponenciales nos señala que la cultura es una voluntariosa variable, sobre todo en la adolescencia.
Trabajar en educación es también dejar, a veces, afuera a la academia y acoger con honestidad, transparencia y sobre todo respeto a quien tenemos enfrente, es visualizar en niños y niñas fragilidades, convicciones y desafíos, como postura humana inicial.
Hay estudiantes que llegan llorando por problemas amorosos, por peleas de sus padres, otros por que pierden un ser querido, una mascota enferma; y otros por que no están a gusto con su cuerpo y crean maneras de apropiarse de él en el sentido de llevarlo a como quieren ser y como realmente se sienten.
Es en este contexto que descubrí a los Breast Binding, que son conocidos también como "ataduras de pecho", en el fondo es una prenda que venda los senos, para provocar el aplanamiento de estos, comprimiéndolos, lo que puede llegar a causar daños en la parte de los músculos y tejidos, provocando lo que es aún más doloroso: la restricción en la respiración por esta constante presión. Se "debe" utilizar para lograr los efectos deseados de esta modificación corporal, en un máximo de 8 horas y se debe evitar el hacer ejercicios y el dormir con él, ya que como hemos mencionado su uso prolongado no permite una correcta respiración, además de los daños señalados por la prolongación indebida, ya que aplasta el tórax produciendo dolor, incluso en los casos más graves hasta fractura de costillas e infecciones que deben ser tratadas de forma hospitalaria. Nada simple.
Sin embargo, a pesar de todo lo antes mencionado provoca cierto bienestar psicológico en la población de estudiantes de género no conforme y trans masculina. Recordemos que ser transgénero se refiere a que el género con el cual se identifica es diferente al sexo biológico de nacimiento, por lo tanto, difiere la expresión del género al sexo de origen. Estamos reflexionando sobre el uso de este adminículo en el bienestar de un grupo de estudiantes, sobre los que ha pesado incomprensión y exclusión.
Y entonces cabe preguntarse: ¿nuestro sistema educativo se adecua y actualiza en este ámbito? El Ministerio de Educación señala al respecto que "la normativa educacional no cuenta con una definición propia, sin embargo, acepta el término global que define a personas cuya identidad, expresión y/o conducta de género no se ajusta a aquella generalmente asociada con el sexo que se les asignó al nacer".
Desde la investigación de varios autores, enmarcada en "la identidad transgénero en la adolescencia chilena", podemos extraer que "la hostilidad y la discriminación hacia los y las jóvenes trans, especialmente en la adolescencia, ha sido reportada consistentemente. Morgan y Sharpe (2004) refieren que el 60% de los y las adolescentes trans ha sido víctima de ataques relacionados con su identidad de género. A pesar de la progresiva "despatologización" de la diversidad sexual (American Psychiatric Association, 2013; World Health Organization, 2018), los prejuicios, la discriminación y el rechazo persisten en la sociedad actual.
Lo que nos queda a las comunidades educativa es instruirnos al respecto, trabajar aliadamente entre el colegio y la familia. Hay que acompañar, hay que estar presentes, hay que estar atentos, es decir, en un solo concepto, hay que estar.
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