Reportes del Banco Mundial, como el estudio de Doing Business, nos señalan que Chile, comparado con el resto de países de Latinoamérica, es un país de mucha facilidad para hacer negocios. Ahora bien, hay que preguntarse si esto tiene que ver con negocios o emprendimientos que son originados por mentes ágiles y frescas de estudiantes universitarios, o en realidad provienen de otros perfiles, que no necesariamente son emprendedores o estudian una carrera con la idea de emprender.
Para analizar este tema, trataremos de responder las siguientes interrogantes.
¿Existe alguna responsabilidad de nuestras universidades en los bajos niveles de intención emprendedora de nuestros estudiantes? Las universidades no logran influir en formar y potenciar una mentalidad emprendedora en nuestros estudiantes.
La forma tradicional de enseñanza prepara a los alumnos y alumnas para enfrentar desafíos trabajando de forma dependiente en empresas ya establecidas, con el objetivo de que sus conocimientos sean útiles sólo en funciones operativas, tácticas o incluso estratégicas, pero un poco menos útiles si lo que se busca es potenciar emprendimientos propios.
¿Nuestras universidades están fomentando las capacidades innovadoras necesarias para impulsar una mayor intención emprendedora? Los planteles han visto que hoy tenemos un mercado del trabajo complicado. Poseer un título universitario ya no garantiza tener una renta anormal, entendiendo esto como un salario por sobre el promedio de mercado.
Es por ello que muchas universidades están haciendo algunos esfuerzos por entregar más herramientas a los jóvenes para que éstos consideren la opción de trabajar de manera independiente. El problema principal de estas iniciativas propuestas por las universidades es la falta de articulación entre cursos y años de estudio.
Hoy en día en las universidades el fomento de una mentalidad emprendedora no se provee desde una mirada institucional. Y eso es un error, ya que desde las aulas universitarias se debería potenciar el espíritu emprendedor de los alumnos.
Existen excepciones por supuesto, donde vemos universidades con un foco emprendedor y que trabajan su currículo de forma articulada junto con algunos profesores, quienes plantean en sus programas actividades pro emprendimiento, dejando que el alumno o alumna logre captar las oportunidades laborales que tendrá luego del egreso.
Actualmente, ¿existen algunas carreras más proclives a emprender?
Deberíamos considerar que la respuesta está en el mercado del trabajo. En el, se valoran más o menos ciertas carreras, en base a los atributos de mayor empleabilidad o mayores salarios.
Existen ciertas carreras, en las que los jóvenes están pensando emprender desde el comienzo de sus estudios.
Por ejemplo, como académico de diversos cursos de pre, pos grado y educación ejecutiva he podido observar que en el caso de los jóvenes que estudian Odontología y Medicina muchos de ellos están pensando en desarrollar sus emprendimientos una vez egresados o por lo menos un tiempo después de terminar sus carreras, pues saben que deben ganar experiencia profesional primero.
Estos jóvenes profesionales perciben que el mercado laboral hoy en día es mucho más competitivo, con salarios son menos atractivos que años anteriores. Trabajar de forma dependiente no garantiza obtener los ingresos suficientes para recuperar la inversión realizada por años de sacrificio y estudio.
Es por esta razón que profesionales jóvenes de estas carreras están viendo la oportunidad de emprender como una forma de crecer y desarrollarse profesionalmente. Éstos buscan establecer sus propias oficinas o consultas, quizás asociándose con otro colega, con el fin de compartir los costos de inicio de las actividades, como una forma natural para ejercer su profesión.
El ejemplo que acabo de exponer contrasta con lo que he podido observar en otras áreas del conocimiento. En algunas de ellas provenientes del área de los negocios, ingenierías e incluso enfermería, por ejemplo, no veo a los alumnos pensando mucho en emprender. Aún existe una mentalidad ligada al trabajo dependiente en grandes empresas.
Lo anterior me llama mucho la atención, especialmente de los alumnos que cursan carreras vinculadas al ámbito de los negocios. En esta área, se supone que los estudiantes obtienen desde las universidades todas las herramientas necesarias para crear y luego gestionar cualquier tipo de organización, particularmente las propias.
Parece que en la mente de estos alumnos todavía prevalece la idea de entrenarse para ser un profesional en una gran empresa. “Lo de emprender”, argumentan, “lo puedo realizar después”.
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