Las últimas dos décadas hemos sido testigos de cómo autoridades de diferentes niveles han impulsado procesos de participación con niños, niñas y adolescentes, a través de mesas de conversación, votaciones, diálogos, y otras instancias similares. Todos ellos progresivamente convencidos de que estas personas de menos de 18 años, que viven en diversas formas de familia, compartiendo sus penas y alegrías; que asisten a alguna institución educacional, donde deben aprender a compartir y debatir sus opiniones; y que crecen en un barrio de una comuna, que los protege o los asusta; tienen algo valioso que decir sobre las políticas públicas que, a través de programas específicos, se ejecutan para mejorar su calidad de vida.
Es así como algunos ministerios han conformado consejos consultivos de niños, niñas o adolescentes, como son los de Salud, Ciencias y Culturas. También hay consejos convocados por organizaciones de la sociedad civil, por municipalidades y gobernaciones. Estas iniciativas han enriquecido esos espacios con ideas creativas, propuestas concretas y han asegurado la difusión de información hacia los grupos que representan.
Estas experiencias de participación masivas o selectivas llevaron al país a establecer una instancia formal y permanente, señalada en la ley, que garantiza el derecho a participar y ser oído de niños, niñas y adolescentes. En efecto, la Ley sobre Garantías y Protección Integral de los Derechos a la Niñez y Adolescencia, también llamada Ley de Garantías, que lleva ya un año y medio desde su promulgación, mandata la creación de un Consejo Consultivo Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes, conformado por los miembros electos de los consejos consultivos comunales en las 345 municipalidades del país.
La Ley de Garantías encarga a la Subsecretaría de la Niñez el rol de articular su implementación y la de algunos de los órganos que ésta crea, siendo el Consejo Consultivo Nacional uno de ellos. La institución debe garantizar los medios materiales y técnicos para que esta instancia se lleve a cabo, pues de esa forma el derecho de niños y niñas a participar y ser oídos se hace efectivo.
Es en este contexto que, el pasado viernes 20 de octubre, se realizó en Santiago el Primer Encuentro del Consejo Consultivo Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes. Para llegar a esta instancia, durante varios meses se realizaron consejos comunales, donde fueron elegidos los representantes que asistieron a encuentros regionales, los que, a su vez, culminaron con la selección democrática de 32 consejeros y consejeras para representar a sus territorios en el encuentro nacional.
Los 32 miembros del consejo son líderes de opinión en sus comunidades y tienen edades que fluctúan entre los 10 y 17 años. En su intensa jornada de trabajo, asistieron al Gabinete de Niñez y Seguridad coordinado por la ministra Carolina Tohá, y que encabezó el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, en el Palacio de La Moneda. Las sesiones de trabajo de ese día contemplaron reuniones con 3 ministros, 8 subsecretarios y otras 10 autoridades de gobierno. En ambas instancias los niños y niñas contaron cuáles eran sus motivaciones y también sus demandas y preocupaciones principales, dando cuenta de los temas y propuestas elaboradas con sus representados. Durante este diálogo, los consejeros y consejeras pudieron conocer de primera fuente cómo estamos trabajando para mejorar los entornos en sus barrios y comunidades, los planes de deporte y salud, los espacios exclusivos para ellos anunciados por Culturad y Ciencia, como también temas de justicia y vivienda por la importancia que tienen para su crecimiento y desarrollo.
Finalizaron su jornada en el Palacio Pereira, donde, acompañados y orientados por el Servel, decidieron los mecanismos para la elección de los 10 representantes titulares que conforman la directiva hasta octubre de 2024. Este proceso fue observado por Unicef, la Defensoría de la Niñez, el PNUD y representantes del COSOC Niñez.
En Chile hay 4.468.264 personas menores de 18 años, que representan aproximadamente al 22,4% del total de la población. La implementación y mantención de esta nueva institucionalidad es un desafío enorme para empoderar a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos; y también un cambio de paradigma para los adultos, que tendremos que incorporar y escuchar a este importante grupo de la sociedad que cada día nos demuestra su potencial creativo, su perseverancia y capacidad de reflexión, por los cuales debemos trabajar y rendir cuentas.
A partir de ahora, conformado este Consejo Consultivo Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes, las políticas públicas de nuestro país podrán ser complementadas con nuevas miradas, frescas y creativas, que sin duda aportarán participación, educación cívica, acuerdos básicos y otros elementos enriquecedores para nuestra democracia.
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