Estados Unidos ha continuado adelante con la candidatura de Mauricio Claver - Carone , asesor del presidente Donald Trump , para Asuntos del Hemisferio Occidental a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo, BID. La candidatura fue anunciada sin consultar previamente con los miembros latinoamericanos y resulta contradictoria por el escaso interés que EE. UU. ha mostrado por la región y su política negacionista del multilateralismo regional e internacional.
La candidatura ha causado preocupación en la región ya que se aparta de una norma consuetudinaria vigente desde hace casi sesenta años, de acuerdo a la declaración oficial del ex presidente de EE. UU. Dwight Eisenhower de 1959, en la que expresó que “ la presidencia del BID debía recaer siempre en un ciudadano latinoamericano“ por lo que dicha candidatura vulnera flagrantemente un compromiso de Estado y vinculante para el país emisor. El primer presidente del BID fue el chileno Felipe Herrera que concibió a la entidad regional como un motor para el desarrollo, asumiendo su carácter técnico, con una visión supranacional, un actuar independiente y ajeno a las presiones políticas.
Los ex presidentes de América Latina, Ricardo Lagos, Fernando Henrique Cardoso, Julio María Sanguinetti, Juan Manuel Santos y Ernesto Zedillo, han expresado reiteradamente su enérgica oposición, proponiendo posponer la elección fijada para el 12 y 13 de septiembre próximo, frente a lo que estiman sería una “ gravísima violación del acuerdo político fundamental del nacimiento del BID “.
En dicho acuerdo se resolvió establecer la sede del BID en Washington y se aprobó el principio de reservar la presidencia para un latinoamericano y la vicepresidencia para un ciudadano estadounidense.
EE.UU en el mes de junio del presente año al presentar un candidato estadounidense rompe la lógica y la norma básica del acuerdo fundacional, sin consultar con la Asamblea de Gobernadores compuesta por 48 países miembros de la entidad, provocando un quiebre en las relaciones interamericanas que afectan los principios de convivencia hemisférica. Chile junto a Argentina, México y Costa Rica han propuesto aplazar la elección para marzo de 2021, fecha en que coincide la nueva fecha fijada para la Asamblea de Gobernadores del BID.
Lo razonable es que la elección del nuevo presidente sea coincidente con la fecha de la Asamblea de Gobernadores a fin de que en dicha instancia se defina el marco estratégico del principal banco regional para enfrentar los grandes desafíos económicos y sociales provocados por la pandemia.
Sería altamente censurable que EE.UU utilizando su mayor poder de voto lograra su objetivo, convirtiéndose en una candidatura impuesta, que carecería de legitimidad y validez legal, causando un daño irreparable para el futuro del propio banco y las relaciones entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe.
El aplazamiento de la elección para marzo de 2021, permitiría promover la búsqueda de un consenso en torno a un candidato latinoamericano, preservando la historia fidedigna,con respeto a los procedimientos institucionales y la dignidad de la región.
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