Irán y sus tentáculos

La operación militar "León Naciente" fue ejecutada por Israel para desmantelar el programa nuclear y balístico de Irán, el cual le permitiría al régimen de los ayatolas cumplir con su objetivo declarado de borrar a Israel del mapa. Esta operación marca un antes y un después en la historia del Medio Oriente, con lecciones y reflexiones relevantes para el mundo entero y también para América Latina.

Durante décadas, el régimen iraní ha generado inestabilidad, violencia y terror en el Medio Oriente, tratando de imponer la visión más radical del islam. A través de su Guardia Revolucionaria y de sus tentáculos en Gaza (Hamas), Líbano (Hezbolá), Yemen (hutíes), Irak y Siria, el régimen de los ayatolas ha dejado un rastro de destrucción que ha afectado a millones de personas. Además, Irán ha exportado sus operaciones a otras regiones del mundo, incluida América Latina, perpetrando dos ataques terroristas en Argentina, primero contra la embajada de Israel y luego contra la AMIA, donde incluso murió un chileno, Carlos Avendaño Bobadilla.

La cosmovisión totalitaria de los ayatolas no tolera que en Medio Oriente exista un modelo de sociedad como Israel, basado en la democracia, libertad, diversidad y respeto a los derechos humanos.

Por eso, el 7 de octubre de 2023, los tentáculos de Irán comenzaron una guerra de exterminación contra Israel, usando en forma coordinada todos sus recursos. Primero, en una ofensiva sin precedentes, más de 3.000 terroristas de Hamas cruzaron la frontera e ingresaron a territorio israelí, asesinando a 1.200 civiles -entre ellos cinco de origen chileno-, violando a mujeres, quemando hogares enteros, acribillando jóvenes en un festival de música y secuestrando a 251 personas.

Inmediatamente después, Hezbolá, el brazo armado de Irán en Líbano, comenzó a atacar con misiles los poblados del norte de Israel. Y lo mismo hicieron los hutíes, activando drones y misiles de largo alcance desde sus bases en Yemen. Irán no solo financió y coordinó estos ataques, sino que en abril de 2024 lanzó un ataque directo contra Israel desde su propio territorio, utilizando misiles y drones para dañar zonas civiles y residenciales.

Israel enfrentó una guerra en siete frentes simultáneos, una situación de enorme complejidad para cualquier país. Al cabo de un año y nueve meses, y tras el éxito de la operación "León Naciente", Israel ha logrado debilitar seriamente a Irán y cortar sus tentáculos. El anillo del mal que el régimen islamista construyó durante décadas, usando cientos de billones de dólares que debieron ser para mejorar la vida de sus ciudadanos, hoy tambalea: Hamás está prácticamente desmantelado, Hezbolá perdió gran parte de sus capacidades operativas, los hutíes están golpeados y el régimen de Assad despareció.

Si bien Irán no ha renunciado a su agenda destructiva y continuará intentando rearmarse, hoy estamos en un punto de inflexión que abre la puerta a una nueva realidad: una región más segura, con posibilidades concretas de avanzar hacia la paz, la estabilidad y el desarrollo compartido, sobre la base de los intereses comunes que tienen Israel y varios países árabes moderados. Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos ya normalizaron sus relaciones diplomáticas con Israel, y esperamos que en el futuro cercano este círculo de la paz se extienda a otras naciones de la región.

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