La Canciller alemana anunció hace algunas semana su decisión de repostular por su partido –la CDU- a un cuarto mandato como Jefa del Gobierno alemán. Ratificada días más tarde con un 89% de la CDU y con un apoyo personal en las encuestas que bordea el 50%, la verdad es que la campaña que afrontará no será nada fácil. Tal como ella misma lo comentó al asumir este desafío, se sabe que estos meses que quedan para la elecciónserán duros. El atentado terrorista en Berlín pondrá aun más presión y tensión para Merkel y sus aliados.
La que ha sido considerada “imbatible” y “el último líder de la defensa del mundo libre”, ha debido afrontar muchas críticas, tanto por su gestión de la crisis económica y financiera que casi se lleva el euro por los cielos como por la crisis de refugiados que vio aumentar drásticamente el flujo de personas cruzando el Mediterráneo rumbo a Europa. Con los atentados terroristas esta crisis adopta además ribetes de seguridad.
Por la crisis económica Merkel recibió duras críticas especialmente de los países del Sur que se están viendo sometidos a duras medidas de austeridad. Fue acusada de intransigente y de defender a los bancos más que a las personas víctimas de los ajustes. Pese a las peticiones de algunos gobiernos, del FMI, de ONG y partidos de izquierda, Alemania no ha cedido en el relajamiento de dichas medidas y de la expansión del gasto público para reactivar la economía.
Grecia, Portugal, España, Irlanda son los países que con mayor fuerza han vivido estas decisiones, pero no los únicos. Antes de su dimisión, Matteo Renzi presionaba a la Comisión Europea y a Alemania por una mayor flexibilidad en la austeridad. Grecia aun se enfrenta al Eurogrupo -y a Alemania a la cabeza- al adoptar decisiones que van contra los compromisos para su rescate. Las aguas no están calmas en este sentido y no se descarta que el 2017 ambos países puedan llamar a elecciones anticipadas.
En la crisis de refugiados, por el contrario, Angela Merkel ha sido criticada por su política de acogida a los refugiados que arrancan de la muerte y la miseria cruzando a Europa. Se le ha acusado de haber provocado un “efecto llamado” que permitió que llegara casi un millón de refugiados e inmigrantes el 2015 a Alemania. Las críticas más serias han venido de su propio partido pero a ellas se han sumado las de sus socios de la CSU –Unión Social Cristiana de Baviera- que exigen el término de esta política de apertura. Su líder, Horst Seehofer ya había tenido enfrentamientos con Merkel y la había presionado para limitar por un año el ingreso de personas solicitantes de asilo.
Pero es de la ultraderecha desde donde vienen los embates más sucios y están aprovechando el ataque terrorista de Berlín. El Partido Alternativa para Alemania (AFD), surgido hace tres años como un partido anti-euro pero que tras la crisis migratoria se ha transformado en el principal vocero de los anti-inmigración, ha sacado las garras desde el primer momento. No ha desperdiciado la “oportunidad” y ha atacado frontalmente a Merkel. Hoy incluso algunos de sus miembros achacan a la Canciller los 12 muertos de la tragedia del mercado navideño.
Marcando 15% en las encuestas y habiendo ganado la elección regional en importantes Estados federados, su líder Frauke Petry se frota las manos ante las informaciones que indican que el sospechoso podría ser un solicitante de asilo.
Bajo presión, con una población que está viviendo en carne propia el miedo y la inseguridad que ya conocen otros países del mundo, no solo de Europa, con traumas del pasado y una ultra derecha xenófoba en alza, Merkel deberá hacer frente a la crisis actual. Sin poder garantizar la seguridad total a su población, nadie lo puede hacer, y con una campaña que recién comienza, Angela Merkel deberá hacer frente a múltiples amenazas en un mundo dominado hoy por la incertidumbre y la preocupación.
Europa no logra aun salir del todo de los efectos que la crisis de 2008 provocó. Con conflictos latentes en el Este con Rusia, un nuevo Presidente en EE.UU. muy lejos del perfil de Obama con quien Merkel logró conectar, con Reino Unido negociando su salida y la ultra derecha populista subiendo en varios en países, el atentado terrorista reivindicado por Daesh viene a someter a la Canciller a una mayor presión.
Veremos si es la Frau imbatible que tantos admiran o llegó el momento en que su reinado ha sido embestido también por el camión mortal de Berlín.
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