Estamos bombardeados por noticias, sobre la crisis política de Venezuela, que contienen verdades a medias, miradas parciales y derechamente mentiras, se asemejan más a propaganda y desahogos emocionales en contra del régimen bolivariano, que a análisis serios y responsables sobre el proceso que vive hoy el país hermano. Por lo que la crisis profunda de Venezuela no puede leerse solo desde lo que digan las grandes cadenas de noticias.
Debo confesar que nunca me ha gustado mucho el Presidente Maduro, creo que ha cometido errores políticos graves, pero hay un abismo entre lo que son errores y la calificación de su régimen como una dictadura y de él como un dictador.
Lo que define universalmente la democracia es la existencia de elecciones periódicas, libres, secretas e informadas; con participación de todos los partidos políticos e independientes que así lo deseen; el sufragio universal; la competencia leal e informada por los votos; la existencia y funcionamiento de partidos políticos de diverso sesgo ideológico; la libertad de asociación, de reunión, de expresión; la existencia de medios de comunicación masiva independientes; la existencia de una Constitución Política que regula el ejercicio del poder; la existencia de un poder ejecutivo, legislativo y judicial independientes y el respeto de los derechos humanos.
No exenta de errores, todas las características de una democracia están presentes en el proceso revolucionario Venezolano.
Hasta hoy, no pueden estimarse serias las acusaciones de violaciones de derechos humanos, entre ellas la libertad de prensa, de reunión, de opinión. Son las mismas noticias, las que nos muestran que estamos frente, a acusaciones infundadas y falsas. Además, ninguno de los Estados censores del régimen venezolano, tiene la autoridad moral de abogar por derechos humanos que son trágicamente violados en sus países.
Para comprender que sucede en Venezuela hoy, no se puede dejar de mirar la historia y el escenario geopolítico que la rodea, ello explica los esfuerzos de la oligarquía por sacar del poder a Maduro a través de formas que, leyendo y releyendo su Constitución, no tiene sustento jurídico constitucional alguno y no son democráticas.
Si se investiga, cuál es la historia petrolera de Venezuela y los intereses que han estado vinculados a su desarrollo, así como el rol del capitalismo y sus particularidades en la región, las causas y consecuencias de la Dictadura de Pérez Jiménez (1952-1958); el “Pacto de Punto Fijo” de 1958 (que fue un acuerdo entre élites para repartirse alternadamente el poder y los consecuentes privilegios del petróleo); el Caracazo, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989), donde miles de venezolanos pobres fueron asesinados por la fuerza policial y militar,se concluirá que quienes históricamente han estado al lado de la represión, la injusticia social y el abuso son los mismos que hoy hacen todo por derrocar a Maduro.
Sería bueno preguntarse, ¿qué paso con el petróleo desde los setenta en manos de quienes estaba y a quienes enriquecía?
¿Por qué y a quienes les ganó Hugo Chávez en 1998?
¿Qué explica el intento de Golpe de Estado al Presidente Chávez el 2002? ¿quienes estaban tras ese Golpe, porqué, para qué?
¿Qué dice el ordenamiento jurídico, constitucional e institucional vigente en Venezuela y como ayuda para solucionar esta crisis?
¿Qué fue y es la doctrina Monroe de los Estados Unidos y sus implicaciones?
¿Cuál ha sido la relación de EEUU en el siglo XX y XXI con los países de Latinoamérica?
¿Qué papel ha jugado la CIA en el continente?
Hay que cuestionarse, dudar, profundizar, ser ético, educar el criterio, ser justo, usar el sentido común. No se puede calificar de dictadura un sistema que, por muchos errores que cometa, respeta las reglas básicas de la democracia.
Si se hace el ejercicio, los antecedentes que se descubren muestran otra mirada de la crisis e invitan a solidarizar con aquellos que hacen un esfuerzo para que se respete la libre determinación de su pueblo.
No hay que ser cómplices de quienes solo tienen interés en preservar o aumentar sus históricos privilegios. Hay que ser solidarios con los pobres y los más vulnerables, ellos padecen directamente de las sanciones y el boicot económico.
Detrás del conflicto de Venezuela hay un mar de intereses de los EEUU, que tienen que ver con las más ricas reservas de petróleo encontradas y con destruir un proyecto de construcción social que se distancia de las concepciones capitalistas de cultura, economía y sociedad.
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