En marzo del 2012, el entonces ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, destacaba en el acto de promulgación de la ley “Tolerancia Cero” que no querían más asesinos conduciendo, por lo que se endurecían las penas y controles para evitar que las personas que no fuesen capaz de dejar el alcohol de lado, condujeran.
Pues bien, a siete años de su anuncio, ninguno de los objetivos por los que se implementó dicha ley se ha cumplido. Es más, según una investigación publicada por la revista británica The Lancet, nuestro país superó en un 40% la ingesta de alcohol en relación al año 2017, y se prevé que las cifras aumenten en un 22% al año 2030.
De hecho, el último balance entregado por carabineros el pasado 17 de julio, destacó que el fin de semana largo dejó un registro de 994 accidentes de tránsito y 37 personas fallecidas. Dichas cifras hubiesen sido más elevadas si consideramos el control preventivo que realizó carabineros, el que dejó 420 personas detenidas por conducir bajo los efectos del alcohol o en estado de ebriedad.
Por lo mismo, es comprensible que dichos números hayan detonado que las autoridades adelanten su plan de acción para las Fiestas Patrias, más aún cuando el año 2018 carabineros registró un total de 36 personas fallecidas, 14 personas más que el 2017.
Para el presente año, todo indica que las cifras seguirán aumentando si no se toman medidas a tiempo. Urge que las personas vuelvan a percibir como real la probabilidad de ser fiscalizados.
De otra forma, como dijo el ex ministro Hinzpeter cuando promulgó la ley Tolerancia Cero, “las leyes que se establecen y endurecen las penas, son letra muerta si no hay control”.
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