No hemos dimensionado lo que está pasando en Chiloé y alrededores. Hay problemas serios de integración orgánica de Chiloé con el resto de Chile agravadas por un centralismo que no hemos podido superar. Hay dificultades de entendimiento con el Gobierno sobre variados temas. En estas circunstancias se produce un cambio ecológico oceánico más extremo que lo habitual y que produce una catástrofe.
El cambio de condiciones químicas oceánicas modifica la micro fauna y flora que a su vez alteran la mediana y macro fauna y flora. Conocemos esto como la Marea Roja (MR), porque hay algas de un color similar que proliferan enormemente y que impregnan a los animales del mar y entre ellos a moluscos y peces que son los más utilizados en la industria chilena.
No sólo hay proliferación “roja” hay otras propagaciones, pero también hay disminución de fauna y flora no favorecida por los cambios producidos. Las micro-algas de la MR producen toxinas de diferente tipo que al ser ingeridas por animales marinos especialmente moluscos bivalvos (choros, almejas, etc.) se incorporan a ellos y producen en sus consumidores entre quienes está el ser humano diferentes enfermedades incluso letales.
Hay muchas variables que influyen en este cambio, salinidad, temperatura, luz, composición química, aireación entre la cual es muy importante el oxígeno, anhídrido carbónico y nitrógeno, y otras.
Pueden haberse alterado varias de ellas pero preocupante parece ser el calentamiento mantenido de las aguas del océano y la falta de oxígeno lo que puede llevar a muerte directa de peces.
Entre los factores que oxigenan el océano están las lluvias, cada gota de agua lleva algo de aire con ella, y las tormentas que aumentan el oleaje son una gran fuente de aireación del mar. Estamos en un tiempo más bien seco con menos lluvia y tormentas, aunque en el Norte hayamos tenido hasta aluviones, pero hablamos de una situación más bien permanente y no esporádica.
Es esperable entonces que haya menos oxígeno en las aguas superficiales y se produzcan estas proliferaciones de micro flora. No pretendemos un tratado de modificaciones ecológicas sino señalar que este es un cambio que tiene todo el carácter de ser más duradero que en otras oportunidades y que debemos prepararnos para una situación catastrófica más mantenida.
Desafortunadamente la situación no se maneja como tal. Se pretende que con un entendimiento entre Gobierno y comunidad y con bonos monetarios podría arreglarse el problema de la MR, nadie puede pensar así. Tenemos que peocuparnos en que se acabe por años la posibilidad de sacar mariscos del sur y criar salmones en los canales o en esos mares. No serán 100.000 familias afectadas sino un millón y permanentemente.
Se tendrá que re-estructurar Chile en su industria “marítima” completamente y el Centro y Norte del país puede que también sean afectados. ¿Estamos preparados para esto? Evidentemente, no.
Chile debe ir pensando, por ejemplo, en instalar “ollas comunes” del Estado, permanentes, por el tiempo necesario para dar una solución integral adaptativa más definitiva.
Debe pensar en pagar la energía a toda esa población cesante y suplir todas las necesidades básicas en forma solidaria y desde la comunidad misma con los traslados gratuitos hacia los centros educacionales, de salud, administrativos para toda esa población cesante. Entonces quiero ver la solidaridad de las empresas alimentarias cuadrándose con conservas, alimentos no perecibles, lácteos, carnes, verduras, etc.
Ante similar catástrofe se ve que la organización social capitalista hace agua por todos lados y al contrario es un estorbo para muchas iniciativas comunitarias de distribución de bienes y servicios.
Un sistema que sólo piensa en la optimización de su ganancia monetaria, frente a la pérdida de la posibilidad de producción y solo satisfacción de necesidades humanas se descalabra. No faltan los que hicieron y hacen negocio de la desgracia humana y colaboran sólo si ganan más de lo que ponen. No sólo en Chile, el horror de Katrina en Nueva Orleans aún no se repara totalmente y si no hay ONGs el drama habría sido mucho mayor.
Entonces es el Estado el que debe ser fuerte, pero Chile no tiene Estado, las organizaciones son todas de Gobierno y son por lo tanto ideológicamente sesgadas, acartonadas, rígidas y limitadas.
La ONEMI debería ser un organismo poderoso del Estado, profesional, científico, técnico, ético, independiente del Gobierno de turno, con ecólogos, biólogos, oceanólogos, geógrafos, sociólogos, antropólogos; debería adelantarse a las catástrofes en parte predecibles; el estudio de las modificaciones oceanográficas debería ser una materia de mucho desarrollo en Chile.
Es urgente un entendimiento orgánico y armónico entre la comunidad afectada y el Gobierno (ya que no tenemos Estado). Pero no basta el entendimiento por muy armónico que sea, no modifica el avance de la marea roja.
Se escucha que se enviaron a las Fuerzas Especiales de carabineros ¿Para qué? No es esperable que enfríen u oxigenen el Océano Pacífico. Si el Gobierno no puede entenderse con las comunidades y toda su organización de sindicatos, organizaciones sociales, Alcaldes, Concejales y los de Gobierno como Intendente, entonces estamos pésimo, ya se fracasó irreductiblemente, me convence más todavía que parece que lo único que importa es mantener a las empresas capitalistas de la zona e incluso a las transnacionales; el ser humano es de importancia menor.
Todos los sistemas capitalistas o comunistas, los mercados, las empresas son para la vida libre y plena del ser humano y no al revés como sucede en Chile, que el ser humano vive para la empresa, el mercado, el lucro monetario de algunos pocos y si no es así no es considerado útil o humano.
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