Cuando se afirma que en Chile las instituciones funcionan, no es un cliché. Qué relevante es que ello se aplique y respete. El ejemplo último de las consecuencias de obviar aquello es lo sucedido con el proyecto Dominga, antes y después del rechazo por la Comisión de Evaluación Ambiental, formada por 12 organismos técnicos, incluidos Seremis y el Intendente de la Región de Coquimbo.
Es cierto, el proyecto a emplazarse en la comuna de La Higuera genera posturas encontradas, como en cada decisión de esta naturaleza y como es de esperar.
Pero el desarrollo de la votación fue conocido por todos, lo que incluyó acceso a la prensa, y nos permitió seguirla en vivo y en directo, conociendo los argumentos de las autoridades locales, una a una. No se trató de una decisión entre cuatro paredes, por cierto. No obstante aquello, se buscó crear suspicacias cuando el resultado de esta sesión no nos dejó satisfechos.
Ello sólo consigue pasar a llevar el proceso que sigue su curso, terceras instancias que debieran decidir ahora - esperamos en los tiempos estipulado s- el futuro de este proyecto, con tal de no ahondar aún más en la incertidumbre respecto del funcionamiento de la institucionalidad ambiental, las garantías en inversión y la seriedad del proceso.
Más allá de los resultados de la votación, sin duda que insistir en acusaciones de presiones políticas, algunas sin mayores fundamentos, es la peor manera de enfrentar este tema, que no necesita mayor dilatación.
Necesitamos dar certeza jurídica de que en Chile se cumplen las leyes y que los proyectos se pueden sacar adelante si es que cumplen con los mínimos estándares ambientales exigidos. Dominga podría generar empleo, no sólo en la comuna de La Higuera, sino que en Coquimbo, La Serena, en Ovalle, en Illapel y no podemos desperdiciar esa opción, condenando el proyecto a priori.
El rechazo en la Comisión de Evaluación Regional es sólo un paso dentro de lo contemplado en la institucionalidad ambiental y ahora le corresponde al comité de ministros pronunciarse respecto al fallo.
Las implicancias políticas que ha tenido este caso, como la extraña participación del ex Presidente Piñera, las supuestas y poco creíbles presiones del Gobierno o las amenazas de parlamentarios a los funcionarios que están mandatados a ejercer su rol, hay que dejarlas atrás y enterrarlas en la arena política. Lo que se debate en la autorización de minera Dominga tiene que ver con criterios técnicos que deben ser evaluados en su mérito.
Por cierto que el cuidado al ecosistema del lugar se debe resguardar, es un tesoro invaluable, pero este proyecto no se acerca a las áreas de influencia de las zonas protegidas por lo que se debe reevaluar y autorizar las faenas que no tienen impacto en la vida que llevan las especies de la reserva situada a kilómetros.
Por cierto que la región de Coquimbo necesita desarrollo, empleo y dinamismo en su economía.También necesita cuidar sus tesoros naturales, reserva única en el mundo. Lograr el equilibrio adecuado es parte de la responsabilidad de las mismas autoridades que formamos parte de la institucionalidad, no contaminemos el proceso con visiones a corto plazo.
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