Hace algunas semanas tuve la oportunidad de escuchar al destacado periodista norteamericano, premio Pulitzer, Thomas Friedman, invitado por el Centro Innovación de la Universidad Católica, a propósito de su libro, “Gracias por llegar tarde”, donde explica cómo ese espacio, mientras su invitados llegaban tarde a las citas, le permitía tomar contacto con la realidad, observar a los demás y reflexionar, transformándose en un espacio creativo donde surgían las mejores ideas.
Sin embargo, para el planeta con miras a la COP 25, es necesario hacer un llamado a “llegar temprano”. Al ritmo que avanza el mundo, si no nos adelantamos, no lograremos bajar la temperatura al 2050 en 2°, ni siquiera en 1,5°. Más bien todo lo contrario.
De acuerdo con las cifras, las emisiones de dióxido de carbono aumentaron un 2% en todo el mundo en 2018, su mayor incremento en siete años señaló el gigante petrolero BP en un informe sobre energía de inquietantes conclusiones para la lucha contra el cambio climático.
Cuanto más aumentan las emisiones, más costoso resulta adoptar las medidas necesarias para reducirlas, es por eso que se hace imperativo llegar temprano. En Chile este paso se inició con la mesa de trabajo entre las grandes generadoras en Chile y el Gobierno para llegar a un acuerdo de descarbonización que se concreta con el cierre de las dos primeras plantas, lo que implica un gran sacrificio en materia de inversión y empleo, pero que a la larga es una acción directa para poner un freno al cambio climático en el país.
Si las empresas llegan temprano y comienzan a tomar medidas antes de que se materialice la regulación, vamos a estar mucho mejor preparados para tomar un acuerdo y un compromiso sólido como país, y Chile mostrará su liderazgo en el contexto mundial, respecto a la reducción de emisiones y medidas para enfrentar el cambio climático.
Esta tendencia podría comprometer las posibilidades de éxito del Acuerdo de París sobre el clima de 2015, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global a más de 2°C o incluso 1,5°C por encima del nivel previo a la revolución industrial. Según los expertos de la ONU, es materialmente posible alcanzar este objetivo de 1,5°C cambiando nuestro modo de vida, los sistemas energéticos y las redes de transporte.
Todavía hay tiempo para llegar temprano. Tenemos las herramientas de innovación, y la experiencia para hacer que esto suceda, lo que necesitamos ahora es liderazgo y colaboración.
Sabemos que nuestra ambición y las acciones tienen que ser más audaces si queremos tener alguna posibilidad de ganar esta carrera.
Es por ello que desde Pacto Global hacemos el llamado a las empresas a estar un paso adelante y comprometerse a establecer objetivos y auto imponerse metas de reducción de emisiones, de reciclaje y de sostenibilidad en general, que nos permitan limitar el aumento de la temperatura global y así desacelerar los efectos del cambio climático.
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