Existe una inmensa riqueza energética en nuestro país, activo que es preciso valorar y aprovechar en favor de un crecimiento más sustentable. Tenemos la radiación solar más alta del mundo y un excelente recurso eólico a lo largo de todo el territorio nacional. Por tanto, junto a la decisión de avanzar en la diversificación de la matriz energética, los terrenos fiscales pueden cumplir un importante rol en los proyectos de implementación.
Vivimos una acelerada fase de transformaciones en el mundo, con avances tecnológicos que actualmente permiten a las energías renovables competir con los combustibles fósiles.
Adicionalmente, ha crecido la conciencia en la mayoría de los países sobre el daño que está causando el cambio climático, con impacto severo sobre las generaciones venideras. Los países se han comprometido con la reducción de las emisiones de carbono y, por nuestra parte, nos hemos fijado una meta ambiciosa, pero realizable, que el 70% de la energía generada en Chile en 2050 provenga de fuentes renovables. Se trata de un compromiso con las generaciones venideras y, al mismo tiempo, una responsabilidad con la Humanidad.
Con este objetivo en mente, el ministerio de Energía y el ministerio de Bienes Nacionales están trabajando conjuntamente en la identificación de territorios fiscales que presenten un mayor potencial para la instalación de proyectos para energías renovables.
A la fecha, el ministerio de Bienes Nacionales ha entregado 220 Concesiones de Uso Oneroso (CUO) para la implementación de proyectos de energías renovables no convencionales. Se trata de 51 mil hectáreas para energía limpia, con ingresos estimados en 300 mil UF anuales. Además, hay que tener en cuenta que el 65% de estos ingresos se entregan a las regiones donde se emplazan los proyectos, lo que debiera favorecer los programas sociales comprometidos por el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Gracias a esta iniciativa, el 77% de los proyectos de energía solar y el 15% de energía eólica que se producen en Chile se encuentran instalados en terrenos fiscales. Ello revela una concepción de utilización de los territorios fiscales que trasciende la preocupación estricta por el crecimiento y que toma en cuenta los equilibrios regionales, sociales y medioambientales.
Nuestro propósito es diversificar la matriz energética para hacer frente tanto a las necesidades de las familias chilenas, como las de la industria y, por supuesto, en correspondencia con la tendencia mundial de generar condiciones para la sustentabilidad energética. En esta tarea se encuentran comprometidos muy directamente los ministerios de Energía y de Bienes Nacionales.
El cambio de la matriz energética está en marcha y el Estado aprovechará parte importante de su territorio, a través de licitaciones, para la instalación de las energías renovables no convencionales. El potencial existente es considerable y hoy existen soluciones energéticas competitivas, que nos permitirán un desarrollo más eficiente.
Coautora de esta columna es la ministra de Bienes Nacionales, Nivia Palma.
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